La cultura material
El Castro de Vigo se caracteriza por haber
proporcionado una inmensa cantidad de restos con los que estudiar su
cultura material. Como sucede con el caso de las campañas arqueológicas,
Hidalgo Cuñarro y sus colaboradores del Departamento de Arqueología del Museo
“Quiñones de León” han ido elaborando a lo largo de los años un estudio
minucioso y rigorista de gran parte de las piezas halladas. En el presente
trabajo, al ser nuestro objetivo sustancialmente aproximativo, nos limitaremos
a señalar los elementos más relevantes, intentando priorizar la interpretación
histórica de cada objeto frente a la mera erudición técnica; la comprensión de
la cultura material del castro, en definitiva, frente a la enumeración de
datos.
Clasificaremos los restos materiales en las siguientes
categorías: cerámica indígena o romana (fina o común), monedas, restos férreos,
restos de bronce, restos de vidrio, líticos y restos faunísticos.
Cerámica
Sin lugar a dudas, el material más numeroso en
el Castro de Vigo es la cerámica. Dentro de esta, destaca especialmente por su
frecuencia la cerámica romana.
Cerámica
Indígena
Como acabamos de decir, la cerámica indígena es la minoritaria
en nuestro castro. Es la mayoritaria en los primeros niveles de ocupación,
hasta que con el cambio de era comienza a predominar claramente la cerámica de
importación romana. En la fase de transición, tenemos documentadas formas de
cerámica indígena que imitan a las romanas (HIDALGO, 1999 A).
Dentro del material
indígena, disponemos de los siguientes tipos de materiales:
tapaderas, recipientes de asas interiores y de asas de oreja, ollas globulares
de fondo plano, labio exvasado y perfil en S, y vasijas con “bordes marítimos”
- con borde reforzado de sección triangular y decorado en su parte alta.
La decoración de esta cerámica indígena
presenta diferentes técnicas, solas o combinadas entre sí. Los más frecuentes
son los motivos estampillados (II y I a.C.): círculos concéntricos,
círculos radiados, triángulos, rombos, SSS, ovales, etc. También está documentada la decoración incisa:
acanaladuras horizontales y verticales, grupos de líneas cortas rectas,
verticales y oblicuas, dientes de lobo, meandros, etc. Como decoración
bruñida destaca la famosa “retícula bruñida”, y como decoración plástica,
los dibujos realizados a partir de botones cónicos y cordones de diferentes
secciones.
Todas estas cerámicas pertenecen cronológicamente a
los siglos II-I a.C. A partir de este momento, como ya habíamos adelantado, los
tipos cerámicos y sus decoraciones pasarán a imitar abiertamente los gustos
importados de Roma.
Cerámica Romana
Se puede documentar de forma fiable el comienzo de su
presencia en el Castro de Vigo alrededor del siglo II a.C. Se trata de
producciones de la Campania
que llegan a Vigo indirectamente: a través del contacto comercial con otros
puntos más meridionales. Con el auge de la importación, las cerámicas
campanienses serán sustituidas por las sigillatas itálicas, y estas por las
sigillatas gálicas, las hispánicas, las producciones africanas y las bizantinas
(ya en la Antigüedad
tardía).
Grosso modo, la
cerámica romana puede dividirse en cerámica fina y cerámica común.
Nota.- En las fotografías y de arriba hacia abajo, cerámica marmorata, cerámica indíena y campaniense.
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