martes, 4 de febrero de 2014

EL CASTRO DE VIGO: ESTADO ACTUAL DE LAS INVESTIGACIONES (VIII)




 
 

 La cultura material
El Castro de Vigo se caracteriza por haber proporcionado una inmensa cantidad de restos con los que estudiar su cultura material. Como sucede con el caso de las campañas arqueológicas, Hidalgo Cuñarro y sus colaboradores del Departamento de Arqueología del Museo “Quiñones de León” han ido elaborando a lo largo de los años un estudio minucioso y rigorista de gran parte de las piezas halladas. En el presente trabajo, al ser nuestro objetivo sustancialmente aproximativo, nos limitaremos a señalar los elementos más relevantes, intentando priorizar la interpretación histórica de cada objeto frente a la mera erudición técnica; la comprensión de la cultura material del castro, en definitiva, frente a la enumeración de datos.
Clasificaremos los restos materiales en las siguientes categorías: cerámica indígena o romana (fina o común), monedas, restos férreos, restos de bronce, restos de vidrio, líticos y restos faunísticos.
Cerámica
Sin lugar a dudas, el material más numeroso en el Castro de Vigo es la cerámica. Dentro de esta, destaca especialmente por su frecuencia la cerámica romana.
Cerámica Indígena
Como acabamos de decir, la cerámica indígena es la minoritaria en nuestro castro. Es la mayoritaria en los primeros niveles de ocupación, hasta que con el cambio de era comienza a predominar claramente la cerámica de importación romana. En la fase de transición, tenemos documentadas formas de cerámica indígena que imitan a las romanas (HIDALGO, 1999 A).
Dentro del material indígena, disponemos de los siguientes tipos de materiales: tapaderas, recipientes de asas interiores y de asas de oreja, ollas globulares de fondo plano, labio exvasado y perfil en S, y vasijas con “bordes marítimos” - con borde reforzado de sección triangular y decorado en su parte alta.
La decoración de esta cerámica indígena presenta diferentes técnicas, solas o combinadas entre sí. Los más frecuentes son los motivos estampillados (II y I a.C.): círculos concéntricos, círculos radiados, triángulos, rombos, SSS, ovales, etc. También está  documentada la decoración incisa: acanaladuras horizontales y verticales, grupos de líneas cortas rectas, verticales y oblicuas, dientes de lobo, meandros, etc. Como decoración bruñida destaca la famosa “retícula bruñida”, y como decoración plástica, los dibujos realizados a partir de botones cónicos y cordones de diferentes secciones.
Todas estas cerámicas pertenecen cronológicamente a los siglos II-I a.C. A partir de este momento, como ya habíamos adelantado, los tipos cerámicos y sus decoraciones pasarán a imitar abiertamente los gustos importados de Roma.
Cerámica Romana
Se puede documentar de forma fiable el comienzo de su presencia en el Castro de Vigo alrededor del siglo II a.C. Se trata de producciones de la Campania que llegan a Vigo indirectamente: a través del contacto comercial con otros puntos más meridionales. Con el auge de la importación, las cerámicas campanienses serán sustituidas por las sigillatas itálicas, y estas por las sigillatas gálicas, las hispánicas, las producciones africanas y las bizantinas (ya en la Antigüedad tardía).
Grosso modo, la cerámica romana puede dividirse en cerámica fina y cerámica común.
Nota.- En las fotografías y de arriba hacia abajo, cerámica marmorata, cerámica indíena y campaniense. 

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