En 1998, el Ayuntamiento de Vigo, presentó al público durante unos días, en una exposición titulada "A corazón aberto", los últimos hallazgos arqueológicos realizados en nuestra ciudad, fruto de las intervenciones urbanas realizadas desde 1991 a ese año. Las personas interesadas en el tema, que fueron muchas, se encontraron con una excelente puesta en escena de las más importantes piezas romanas ( también de otras épocas, pero las que más abundaban eran de ese período), pudiéndolas contemplar y al no hacerse un catálogo de la citada exposición, olvidarlas en un tiempo o permaneciendo con el recuerdo visual de ellas. Fue una oportunidad perdida, el de tener al menos alguna publicación en que quedaran estudiadas esas piezas, pero ya han pasado años y ahora aún son más lás piezas arqueológicas que que se pueden ver en la sala de arqueología del museo municipal "Quiñones de León"y que se encuentran prácticamente inéditas o faltas de un estudio exhaustivo de las mismas, privando al ciudadano de a pie el disfrute completo del objeto recuperado ( pues lógicamente, sólo posee la información escueta que le presenta en la vitrina donde está) y sobre todo a los arqueólogos de aquí, del resto de España y en definitiva, a la comunidad científica internacional, de la información que podrían ofrecer las piezas que los últimos años han aparecido en Vigo y que le han dado a nuestra ciudad un importante papel dentro del mundo romano y que sólo es conocido por fragmentarias noticias en los medios de comunicación locales o en algún foro de internet. Y estamos hablando de piezas excepcionales, no sólo por el interés para nuestra historia local, sino para conocer más y mejor ese mundo romano en expansión y decadencia y el paso a la alta edad media. Esos mal llamados "tiempos oscuros", que se nos ofrecen en la actualidad con un esplendor impensable en otros momentos en la investigación de la "crisis del imperio romano". Y esas piezas son de todos los materiales y procedencias. Desde el "ungüentario de la discordia" a las cerámicas y vidrios tallados de lujo importadas del mediterráneo oriental y que ofrecen extraordinarias y singulares decoraciones; desde un sólido y bien conservado martillo de hierro hasta varios tipos de collares de piedras semipreciosas o vidrio; desde la reulizada estela funeraria que le da cronología más segura a la impresionante colección de estelas funerarias localizadas en la calle Hospital en 1953 (y que ya en ese mismo año, el infatigable y polifacético ex-cronista de la Ciudad, D. Xosé María Alvarez Blázquez, estudio y presentó un estudio sobre las mismas en el primer congreso de arqueología nacional que se celebró en nuestra ciudad..."eran otros tiempos"...) a la interesantísima ara, que fue objeto de un apasionante debate en la prensa e internet; etc..
Las piezas están ahí. Pero su estudio no. El hallazgo es incompleto sin más información. No es utilizable en las investigaciones que se están realizando continuamente por todo el mundo. Por cuanto tiempo,....
Y para finalizar sólo una pequeña reflexión: sólo estamos hablando de las "piezas excepcionales". Las otras, la inmensa mayoría ( posiblemente un 99,99 %) no sabemos nada de ellas. Ni están en los fondos del museo que debían de estar. En casi todas las ocasiones ,están en los locales de las empresas de arqueología que las han encontrado o también en las propias viviendas particulares de los respectivos directores de las intervenciones arqueológicas realizadas.
Y de 1991 a finales del 2007, que vamos a despedir dentro de poco, ya han pasado muchos años, mucha desidia, muchas responsabilidades,...
Nota.-La imagen que ilustra este comentario es la portada del tríptico editado con motivo de la citada exposición de 1998. De ella, sólo nos ha quedado eso: un papel. A partir de ese año, ni exposiciones ni tan siquiera papeles para recordar....¿Hasta cuando?
sábado, 1 de diciembre de 2007
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