martes, 27 de enero de 2009

DESDE LA PREHISTORIA A LA EDAD MEDIA DE VIGO ( y VI )


LA EDAD MEDIA

Podemos decir que correspondiente a esta época, poseemos en nuestro municipio, diferentes vestigios. A “grosso modo” la Edad Media se divide en dos etapas. La que se denomina la “alta edad media” cuyo marco cronológico lo podemos situar entre los siglos VI al XI y luego la “Baja edad media”, que va desde el siglo XII hasta el XV.

Podemos rastrear esta etapa histórica dentro de nuestro municipio por dos tipos diferentes de restos constructivos (unos religiosos y otros civiles), así como diversas piezas arqueológicas que poseen esta cronología.

En cuanto a los restos religiosos, podemos subdividirlos en dos: las iglesias y las necrópolis. Aunque íntimamente relacionados, no siempre podemos encontrar la correspondencia exacta con los mismos, con toda seguridad, como veremos a continuación.

Aunque nuestra comarca en época románica, poseía numerosas iglesias, sólo han llegado hasta nosotros, tres en un estado bastante bueno, aunque han sufrido, como es lógico, numerosas reformas. Así tenemos la iglesia de Santiago de Bembrive, construída hacia finales del siglo XII, que posee un interesante ábside “semidecagonal” por su parte externa, con una importe serie de canecillos con diferentes motivos geométricos, humanos y vegetales, y semicircular en su interior. Tiene una sola nave y la puerta de la fachada principal tiene arquivoltas apuntadas decoradas. A su vez, la iglesia de Santa María de Castrelos, contruída hacia principio del siglo XIII, que perteneció a la famosa Orden religiosa-militar de San Juan de Malta, posee un ábside semicircular ( con tres bellos rosetones ) y tres fachadas con sus respectivas entradas. Hay que señalar la existencia de pinturas murales en su interior ( aunque de una cronología posterior ), de las que destaca un magnífico Pantocrator. Por último, la iglesia de San Salvador de Coruxo, que fue construída hacia finales del siglo XII, sólo conserva de su primitiva etapa, tres pequeños ábsides semicirculares, debido a sus múltiples modificaciones. De interés, es una pequeña ventana decorada a base de arquivoltas y columnas lisas, poseyendo en su parte superior, un arquillo semicircular.

Luego tenemos varias piezas arqueológicas, depositadas en el Museo Diocesano de Tui, pertenecientes a las iglesias de San Pedro de Sárdoma y la iglesia de Santa Cristina de Lavadores, que nos documentan perfectamente, la datación antigua de las mismas.

También otra pieza arqueológica, pero que se conserva “in situ” reutilizada en la iglesia de San Salvador de Teis, nos habla de la etapa románica que tuvo este edificio religioso.

Pero sin lugar a dudas, las piezas arqueológicas más conocidas e importantes ( de las que hemos hablado en otra parte de este blog ), nos documentan dos importantes iglesias románicas, una por desgracia desaparecida en su totalidad y la otra, totalmente reformada. Se trata de la iglesia de Santa María ( ahora Colegiata de Vigo ). La pieza que nos habla de la primera, es el hermoso tímpano, ya de una época hacia finales del Medievo; y la otra, es la antigua iglesia de Santiago de Vigo, de la que poseemos la famosa escultura de San Salvador. Por desgracia ambas piezas se exhiben en dos museos fuera de nuestra localidad. La primera en el museo provincial de Pontevedra y la segunda, en el Museo Arqueológico Nacional, ubicado en Madrid.

En relación a las necrópolis pertenecientes a esta época, aparte de la localizada en la zona del “Areal” en enterramientos diversos, serán los hallazgos de diversos sarcófagos localizados en diferentes puntos de nuestra ciudad, los que nos ofrezcan la ubicación de las mismas. Así tenemos, el primer sarcófago con tapa “del tipo estola”, localizado hace años en las inmediaciones de la calle Venezuela, cercana a la Gran Vía ( lugar en donde pudo estar ubicado la antigua iglesia de Santiago de Vigo, en contradicción a otros estudiosos que la sitúan en el antiguo convento de monjas del Areal); otro de grandes dimensiones encontrado de forma casual en el lugar denominado “A Gándara” en la parroquia de Coruxo; los dos de San Pedro de Sárdoma; otro también de grandes medidas y de hueco trapezoidal, recuperado en la parroquia de Coia; el localizado hace unos años , en una finca del camino de San Roque; o para finalizar los encontrado en las diferentes excavaciones arqueológicas urbanas realizadas en el Casco Vello ( por ejemplo, el encontrado en frente de la iglesia de la Colegiata de Vigo; o en la zona de “O Areal”, de diversos tipos y medidas.

Tenemos que decir que es gracias a algunos de estos sarcófagos, que podemos hablar de los momentos más antiguos de esta época, al poder fechar algunos de ellos, por su clara tipología “visigótica” hacia los siglos VI-VIII.

Los restos de construcciones civiles podemos clasificarlos en dos tipos: los castillos o fortalezas y los puentes medievales.

Documentos escritos y restos arqueológicos nos informan de los castillos y torres de esta época:

En Santo Tomé de Freixeiro se localizaba la denominada "Torre de Busteu" que perteneció a D. Pedro Madruga. Cerca, en Cas­trelos, existió la "Torre de Tabora", en las inmediaciones del ac­tual Pazo-Museo "Quiñones de León". En Valladares hay cons­tancia de una torre o fortaleza, así como en Candeán (conocida co­mo "Torre dos Mouros") y Teis en la denominada "As Torres", montículo situado entre los ba­rrios de "Almuiña" y "Padín" existió un pequeño emplazamiento arrasado en las guerras “irmandiñas” y fruto de una pequeña excavación arqueológica de urgencia, debido a la agresión que sufrió este yacimiento arqueológico y que motivo que la mitad del mismo, desapareciera para siempre.

Algún autor, habla de otra torre o castillo en el monte de “A Guía”, pero no está bien documentado este particular.

Pero sin lugar a dudas, la forta­leza más famosa de la zona, fue el denominado "Castelo do Pen­so", escenario de las luchas entre el mencionado Pedro Madruga (Señor de Soutomaior) y la familia de los Pazos de Borbén, cuyo emplazamiento se situaría en el conocido Monte do Castro. La ubicación concreta de este fortaleza divide a los autores que han tratado el tema: unos la sitúan en la cima, donde hay constancia escrita de una ermita antigua y que hoy ocupa en toda su totalidad, el castillo del siglo XVII existente en la zona; y otros, que plantean un emplazamiento situado hacia donde estaba el antiguo castillo de San Sebastián, del cual apenas nos quedan unos muros por recuerdo, pues fue destruido al construirse el actual edificio del Concello de Vigo.

Para finalizar hablaremos de los dos puentes que aún podemos contemplar hoy en día, y que posiblemente sean el recuerdo de otros muchos existentes en la zona y que no han llegado hasta nosotros. Se trata de los puentes de Castrelos, cercano a Balaídos y el de san Pedro de Sárdoma, ambos con arco de medio punto y sus respectivos tajamares. Como ya en otra parte de este blog, hemos hablado de ellos, remito al lector interesado al comentario mencionado.

Nota.- En las fotografías, podemos ver en una de ellas, un detalle de la portada principal de la iglesia románica de Castrelos, y en la otra, dos excepcionales piezas arqueológicas procedentes de la antigua iglesia románica de Lavadores y que en la actualidad se pueden contemplar en el Museo Diocesano de Tui.



domingo, 18 de enero de 2009

DESDE LA PREHISTORIA A LA EDAD MEDIA DE VIGO ( VI )

LA EDAD ANTIGUA Y LA CULTURA GALAICO-ROMANA

La Edad Antigua, que a “grosso modo” se desarrolla entre los siglos I al V después de Jesucristo, dando luego paso a la Alta Edad Media, corresponde en nuestra área de estudio, con la creación y desarrollo de la denominada “Cultura Galaico-romana”, que como su nombre indica, se formará con las pervivencias indígenas de la etapa castreña anterior y el proceso de romanización.

Los primeros contactos con los romanos se remontan a la expedición de Decio Junio Bruto, en el 137 a. C, esta primera toma de contacto pronto fue seguida por diversas expediciones

El fuerte y temprano contacto que sufrió la comarca de Vigo con el mun­do romano produjo que esta área al­canzase un gran desarrollo que que­da plenamente atestiguado en la gran cantidad de restos localizados.

Los primeros contactos directos entre el mundo castreño y los roma­nos se remontan a la expedición de Decio Junio Bruto, en el 137 a. C, esta primera toma de contacto pronto fue seguida por diversas expedicio­nes que culminarían, tras las guerras cántabras de Augusto, con el control total del Noroeste Peninsular por par­te de Roma.

El contacto con los romano produjo una serie de cambios en la sociedad castreña, que sino fueron bruscos, fueron de una gran trascendencia para el futuro. "Gallaecia" formó parte del imperio romano como, una provin­cia más, llegando hasta ella una serie de vías y fundándose una serie de nuevas ciudades con una gran impor­tancia administrativa y militar (Lucus Augusti-Lugo; Brácara Augusta-Bra­ga; Astúrica Augusta-Astorga).

Los cambios más importantes pro­ducidos por esta romanización se pueden resumir en: imposición de un nuevo idioma, que será el latín que con el tiempo borrará los anteriores indígenas; implantación de un sistema administrativo de tipo romano; intro­ducción de la cultura material roma­na, con nuevos gustos y costumbres; creación de vías o caminos y una infraestructura relacionada con ellas (mansiones, miliarios, puentes,...): nuevas formas de explotación agríco­la, basadas en las villas, etc.

Encuadrados en este momento cro­nológico, situado hacía los siglos III-V d. C., poseemos en Vigo diferentes restos del hábitat; sus respectivos cementerios; así como diferentes restos arqueológicos submarinos de esta época.. Nos re­ferimos al núcleo principal de la población, lo que podemos llamar el “vicus helleni”; los castros romanizados; las villas y a otras estructuras o edificaciones de esa etapa cronológica, que hoy día no podemos conocer con certeza su función; y también las necrópolis que están vinculadas a los citados yacimientos.

EL HABITAT. En primer lugar, tenemos el área en la que se concentra el mayor número de población, que estaría básicamente en la zona del “casco vello” e inmediaciones, sobretodo hacia el área industrial y comercial de estos habitantes, que podemos señalar desde la zona de la actual calle Marqués de Valladares ( en la que se han localizado restos de industrias de salazón); calle Colón; hasta todo lo que podemos denominar hoy día como “Areal”, en donde se concentraría la actividad comercial de carga y descarga de mercancías y sobretodo de la explotación salinera, a tenor, de los hallazgos de los numerosos estanques de salinas en esta zona.

Luego tenemos diferentes castros que aún se van a mantener habitados durante esta época. Se va a tratar de grandes emplazamientos, como el Castro de Vigo; el castro de “A Guía”: el castro de “Comesaña”; Cándeán; … que pervivirán en esto siglos, pero con menor población que en los siglos anteriores.

En cuanto a las villas romanas, Vigo posee varias: La que se conoce mejor, por ser recientemente excavada es la de “Toralla” (Oia), que nos viene definida por una planta residencial muy bien delimitada y en la que se han localizado interesantes piezas arqueológicas, tanto cerámicas, como de metal, de piedra o vidrio. Luego poseemos otras tres villas marítimas más: la de Sobreira, en la misma parroquia que la mencionada anteriormente; y las de “O Cocho” y “O Fiunchal”, en la parroquia de Alcabre. En todas ellas se localizan estructuras pétreas y material cerámico diverso que fecha estas construcciones en el mismo marco cronológico que la villa de Toralla, desde el siglo III al V después de Jesucristo. También interesante señalar la relación con la actividad marítima de todas, a juzgar por sus hallazgos. Así, tenemos desde estanques para salinas y anzuelos en la de Toralla; como estanques para salazón en la de “O Cocho” y “O Fiunchal”.

Finalmente poseemos diferentes estructuras que nos señalan unas edificaciones romanas datables en esta época, pero que no podemos aún determinar con certeza su finalidad. Es el caso de los restos localizados en la zona de Rios (Teis); los encontrados en “A Pomba” en Bembrive; o recientemente en la calle Torrecedeira;..Es interesante señalar la localización de una gran base pétrea, cercana a la citada calle y la zona de orillamar, que por sus dimensiones, nos pueden hacer pensar en la existencia en este lugar de un edificio público ( un templo? ) o una gran mansión.

Para finalizar este apartado, tenemos los numerosos hallazgos de restos submarinos de cerámica romana, sobretodo de ánforas, localizados a lo largo del litoral de todo el ayuntamiento. Así tenemos que en la zona de “Cabo do Mar”, frente a la playa de “Os Olmos” se tiene localizado un pecio romano; en diferentes reformas de las dársenas del puerto, se extrajeron restos anfóricos de esta época; o recordar el famoso “ungüentario” encontrado hace poco tiempo a la altura de la salida del túnel de Orillamar, en el Areal.

LAS NECRÓPOLIS

Dentro del término municipal de Vi­go se han encontrado diversas necró­polis:

Una se sitúa en la isla de Toralla, constituida por tumbas trapezoidales, en ellas se hallaron diversos objetos (monedas, un anillo, fíbulas,...) y res­tos humanos. En la finca denominada "Funchales" en la parroquia de Alcabre se localizó una lápida, una mone­da, ladrillos,... En la curva de "San Gregorio" (Coia hay noticias de po­sibles urnas. Hay referencias de un "dobre sepulcro" en las cercanías de la calle Carral, y también entre Pica­cho y la antigua playa de San Fran­cisco, se localizaron varios enterra­mientos.

Pero sin lugar a dudas la más im­portante tuvo que existir en las inme­diaciones de la actual calle Ponteve­dra, ya que aparecieron en ella 29 estelas y un ara, fuera de su lugar original, que forman una formidable colección artística y epigráfica. Este hallazgo extraordinario hallazgo que ponía en evidencia la existencia de un gran cementerio en la zona, se pudo certificar, al localizarse en la misma zona, en diversas excavaciones realizadas en los últimos años, diferentes sepulturas, que han aportado un rico ajuar funerario y numerosas estructuras pétreas.

Por medio de las estelas podemos, entre otras cosas, estudiar el arte provincial romano e nuestra area; conocer el índice de mortalidad de la época y sus características (mortalidad infan­til, vida media,...) o documentar, por ejemplo, la emigración de personas de la Meseta hacia Vigo en esa época.

Estas necrópolis nos indican que hubo cambios en los ritos funerarios, ya que documentan la inhumación frente a la posible cremación anterior. Esta es una faceta más de los cam­bios producidos dentro de la religiosi­dad de la época, ya que el politeísmo de ambos pueblos (indigenas y roma­nos) llevó a la homogeneización de diversas advocaciones, así como a la romanización de dioses claramente indígenas.

Nota.- En las fotografías que acompañan al texto, podemos ver un aspecto de la villa romana de Toralla, luego de su "recreación y musealización”; y uno de los numerosos ajuares funerarios localizados en la necrópolis de “O Areal”, que puede verse en el museo municipal “Quiñones de León” de Vigo.



sábado, 17 de enero de 2009

DESDE LA PREHISTORIA A LA EDAD MEDIA DE VIGO ( V )

LA EDAD DE HIERRO Y LA CULTURA CASTREÑA
Hacia el 600 a.C. en la comarca de Vigo, como en el resto del Noroeste peninsular va a desarrollarse una peculiar cultura que conocemos por sus poblados fortificados, es la denominada cultura castreña, la cual se fusionará a partir del siglo I después de Jesucristo. con la romana, dando origen a la llamada cultura galaico-romana. Corresponde pues a esta cultura, desarrollarse en el período protohistórico conocido como “La Edad de Hierro” en el resto de la península ibérica y cuya cronología podemos situarla entre los siglos VI antes de Jesucristo y el siglo I después de Jesucristo.
De este período ya disponemos de más datos, debido a que sus poblados son estables y fácilmente distinguibles, y que se han realizado mayor número de estudios arqueológicos; asimismo se disponen de otras fuentes de información como son la epigrafía, y los textos de autores clásicos.
El área que abarca esta cultura castreña es la actual Galicia, hasta el río Navia por el Este y el Duero por el Sur. De esta cultura sólo conocemos sus poblados, no encontrándose hasta el momento ninguna necrópolis, Los poblados reciben el nombre de castro, castrelo, cividade, castelo,... estando situados, normalmente, en elevaciones, cerca de cursos de agua, y con condiciones naturales de defensa, complementadas por otros sistemas defensivos artificiales como son los fosos, parapetos, terraplenes, murallas,... que hacen de estos poblados un conjunto peculiar y de fácil localización.
La vivienda es ya una construcción de piedra, que presenta diversos tipos de plantas: circular, rectangular, cuadrangular o elípticas, siendo la circular la más abundante. Dentro de ésta arquitectura doméstica hay que destacar algunos elementos como son os hogares, bancos corridos, umbrales, pavimentos,...
La organización interior del poblado es bastante anárquica, vislumbrándose en algunos casos agrupaciones de casas (barrios), así como indicios de cierto urbanismo (aljibes, fuentes, canalizaciones, enlosado,...)
Su economía se basa, sobre todo, en una agricultura cerealista (trigo,mijo,...) complementada por recolección de bellotas y otros frutos. La ganadería está compuesta por cabras, ovejas, cerdos, vacas,... Esta bien documentada la caza de ciervo y jabalí y la explotación de los recursos marinos: pesca y marisqueo. También es importante la explotación minera (hierro, estaño, plomo, metales preciosos,...) que hicieron posible el desarrollo de una importante metalurgia, como se ve no sólo en los útiles y armas sino también en su orfebrería ( torques, arracadas, diademas,...)
Algunas manifestaciones más características de esta cultura son la alfarería, la escultura y como hemos dicho la orfebrería. En escultura destacan las representaciones antropomórficas (de guerreros, cabezas humanas,...) zoomorfos ( verracos, serpientes,...) y elementos arquitectónicos o decorativos ( umbrales, dinteles, jambas,...). En cuanto a la cerámica hay una gran variedad de formas y de decoraciones.
La sociedad sería de tipo gentilicia, es decir carente de Estado, donde se observa un esquema de carácter patriarcal, donde los detentadores del poder político y militar serían los hombres aunque seguramente habría una serie de rasgos de tipo matrilineal. La unidad más pequeña sería la familia o "clan" cuyos miembros tendrían un antepasado común; la segunda unidad, de carácter político-militar, sería la "centuria" como agrupación de hombres bajo un jefe, y la unión de varias "centurias" constituirían los "populus".
Habría una cierta jerarquización social, en cuya cúspide se encontraría el estamento guerrero, debido a la importancia de la guerra y el botín.
En cuanto a la religión hay documentadas,. por medio de la epigrafía, testimonios literarios y arqueológicos, una serie de divinidades entre las que se puede destacar: "Cosus" divinidad de la guerra, equiparado al Ares romano; diversas divinidades viales (protectoras de los caminantes); divinidades acuáticas, etc.
En el municipio de Vigo este período se encuentra amplia¬mente representado por un total de 27 enclaves castreños, en algunos de los cuales se ha encontrado diverso material en superficie, pero sólo cuatro de ellos ha sido excavado de forma metódica: O Piricoto, Punta do Muiño, Castro-Castriño, isla de Toralla o el Cas¬tro de Vigo, sólo habiendo realizados excavaciones arqueológicas sistemáticas durante siete años consecutivos en este último.
En la parroquia de Teis están los castros de "A Guía" y "O Si¬no"; Candeán posee tres emplazamientos, "A Madroa", "Plaza dos Mouros" y "O Castro"; en Cabral dos, "Castro-Castriño" y "Monte do Castro"; en Bembrive el "Monte do Castro" en el barrio de "Xestoso"; en Valladares, "Monte Alba", "Os Castros" y "Ei¬ra dos Mouros"; en Matamá tenemos dos, el denominado "O Castro" y el "Monte do Castro"; en Castrelos, "O Castro"; en Coia, "Castro-Castriño en Alcabre, "Monte das Cruces"; en Navia, "O Muiño"; en Comesaña, "O Castro; en Coruxo los enclaves, de "O Penedo" y"San Lorenzo" ,"Outeiro do Castro" y “Mouzo Grande”; en Saians el de "Estea". En Castelos , el “Monte da Mina” y “O Piricoto” y finalmente, de reciente descubrimiento, el castro de “Punta do Muiño” en Alcabre. No hay que olvidarnos del poblado castreño de la isla norte de las Cies, denominado “As Hortas”, pues administrativamente, este lugar pertenece al municipio de Vigo.
Pero sin lugar a dudas los castros que mayores estudios han propiciado sobre ellos son los emplazamientos castreños excavados y situados en el Piricoto, Punta do Muiño , la isla de Toralla y en el Castro de Vigo. De este último es del que poseemos mayor cantidad de datos, por las sucesivas actuaciones arqueológicas que en él se han realizado. Las excavaciones arqueológicas realizadas en la ladera Noroeste del Monte del Castro, durante las campañas de 1952, 1970, y de 1981 a 1987, van a dejar al descubierto diversas construcciones pertenecientes a una parte del poblado castreño, en concreto unas 45 estructuras arqueológicas.. Por los trabajos arqueológicos y el estudio de los abundantes materiales recogidos, podemos fechar, desde el siglo II antes de Jesucristo hasta el siglo III después de Jesucristo la ocupación del mismo, situándose en el siglo I después de Jesucristo su momento de mayor esplendor y auge..Posiblemente el núcleo originario de este emplazamiento lo podríamos da¬tar en los siglos Vl -V antes de Jesucristo,. como es habitual en la cultura castreña del Noroeste Peninsular, área que pudo estar situada en la acrópolis o cima del monte del Castro, pero destruida por las transformaciones continuas que sufrió el monte en esta parte alta, como la construcción de la fortaleza borbónica, en el siglo XVII.El temprano contacto con el mundo romano así como el fuerte grado de romanización que se puede observar en este castro son las características principales de este yacimiento arqueológico.
Nota.- En las dos fotografías que acompañan el texto, tenemos dos vistas de las excavaciones arqueológicas realizadas en Vigo. Una corresponde al Castro de Vigo, yacimiento que fue el primer excavado y sobre el que se han llevado más intervenciones arqueológicas ( vista parcial luego de la finalización de los trabajos de 1985), y la otra, corresponde a diversas construcciones castreñas ya consolidadas, del último castro que fue excavado en Vigo. Se trata del de “Punta do Muiño” en Alcabre, sobre el que se levanta el Museo do Mar de Galicia.

jueves, 15 de enero de 2009

DESDE LA PREHISTORIA A LA EDAD MEDIA DE VIGO ( IV )



EL CALCOLÍTICO Y LA EDAD DE BRONCE

En la etapa final del período megalítico, del 2100 al 1800 a. C. aproximadamen­te, se observa la aparición de la lla­mada cultura del vaso campanifor­me, o de los primeros metalúrgi­cos que ya conocen el cobre y que da origen al período prehistórico que denominamos Calcolítico, del que nuestra comarca posee algunos ejemplos, gracias a las últimas investigaciones llevados sobre este tema.

A continuación tenemos la larga etapa que abarca hasta la Edad del Hierro, y que se le denomina Edad del Bronce, den­tro de la cual, y en base a una evolución morfo-tipológica de su tecnología metálica (puñales, es­padas, hachas) se suelen esta­blecer diversas divisiones. Apar­te del cambio tipológico del tipo de armas también se produce un cambio en la composición metáli­ca de las mismas, siempre en una evolución creciente. A “groso modo” podríamos acotarla cronológicamente entre el 1.800 al 600 antes de Jesucristo. A continuación analizaremos, muy brevemente, estos dos períodos prehistóricos en nuestra área geográfica.

Calcolítico. Tenemos pocas piezas arqueológicas y yacimientos que podemos incluir en este apartado, que necesita ser investigado con más profundidad. Se localizaron diferentes fragmentos de cerámica del tipo “campaniforme”, en la necrópolis megalítica de Cotogrande (Cabral), que nos hablarían que las últimas ofrendas que se van a depositar en dicho lugar, se realizaran alrededor de este momento prehistórico. Luego tenemos, dos interesantes cuevas, que aunque poseen materiales que pertenecen a las etapas prehistóricas posteriores, también en ellas se han recogido vasijas cerámicas que podemos datar en esta época: se trata de las cuevas de “O Folón” y “(Porteliña” ( Coruxo), que podemos ver envueltas en un contexto ritual y funerario más que de lugar de habitación. Pero en la cercana parroquia de Saiáns, en el lugar denominado “Cal de Ouiteiro” se han localizado diversos fragmentos cerámicos que apuntan a esta cronología y que podrían estarnos indicando un posible hábitat calcolítico. También, fruto de la realización de las últimas excavaciones llevadas a cabo en el el “Monte Cabanas”, cerca donde se ubican las instalaciones de las facultades de la Universidad de Vigo, en la parroquia de Bembrive, tenemos noticias de la aparición de hallazgos de esta época, pero a la espera de la publicación de los datos obtenidos en las citadas actuaciones arqueológicas, no podemos apuntar más.

A esta época o/y a la transición de la siguiente, correspondería el famoso ajuar funerario de la cista de Atios ( O Porriño) com­puesto por dos puñales o espadas cortas de espi­go de cobre y tres joyas (dos de oro y una de plata), que podemos apreciar en nuestro museo.

La Edad de Bronce. Habitualmente esta etapa se subdivide en tres son las siguientes y nos vienen definidas de esta manera:

Bronce Inicial.- La primera fase o Bronce Inicial (1800-1500 antes de Jesucristo), se caracteriza por el trabajo fundamental de co­bre, y también joyas de plata y oro.

El tipo de enterramiento son los del tipo de cista o de túmulo sin cámara, siempre con inhumación individual.

El ajuar de los mismos suelen ser puñales o espadas cortas de hoja plana, puntas tipo palmela, diademas laminadas de oro muy bien trabajadas, joyas áureas ga­llonadas y las denominadas pla­cas de arqueo. A este tipo correspondería la cista de Atios, de la que hablamos anteriormente.

De esta primera fase, no poseemos piezas arqueológicas localizadas dentro del término municipal de Vigo.

Bronce Medio.- La segunda fase o Bronce Me­dio (1500-100 antes de Jesucristo) se caracteri­za por la aleación binaria de co­bre y estaño (bronce) de sus úti­les metálicos. También se conti­nuará la orfebrería áurea. Se pro­ducen hachas planas y espadas. El tipo de enterramiento es igual o parecido al anterior.

De esta segunda fase tenemos dos hachas de bronce encontra­das en el Castro de Vigo y en Zamáns, la primera depositada en el museo provincial de Pontevedra y la segunda, está en una colección privada.

Bronce Final.- La tercera fase o Bronce Final/ Atlántico (1000-600 a. C.) se ca­racteriza por el empleo en esta aleación binaria (cobre y estaño) del plomo, a veces en tal canti­dad que las hachas no pueden ser utilizadas como tales. El tipo de útiles son las hachas de talón o tope, con una o dos anillas de sujeción, espadas pistiliformes y de lengua de carpa, lanzas de enmangue tubular, puñales de antena,...

De esta tercera fase tenemos, un hacha de talón o de tope en­contrada en Tallarín (Matamá) con una sóla anilla; otra en Cas­trelos, con nervio central pero sin anillas; un fragmento de una hacha de talón de dos anillas del castro de “As Torres de Padín” (Teis); el interesante depósito de hachas de Estea (Saiáns); y por último, las hachas localizadas en las recientes excavaciones del castro de “Punta do Muiño) en la parroquia viguesa de Alcabre.

En este largo período de bronce, la economía, en líneas gene­rales, está basada en una agri­cultura cerealista, también com­pletada por la recolección, gana­dería y caza.

Al mismo tiempo la práctica de la metalúrgica también supone una explotación minera, el inter­cambio de metales y un mayor avance tecnológico.

En la sociedad se advierte una mayor estratificación social y un aumento de la especialización laboral. Y debido a la actividad bélica, que se incrementa en este momento, el guerrero posible­mente adquiere un "status" eleva­do, tal y como se documenta tam­bién en los diversos ajuares en­contrados en las cistas de ente­rramiento. Los tipos de enterra­miento ya no son colectivos como en la etapa anterior, sino indivi­duales, en cistas o en túmulo sin cista.

El mundo religioso se hace más complejo, continuándose la tradición anterior megalítica, y al mismo tiempo surgen nuevos ele­mentos como son el posible culto al agua y al sol.

Otra de las manifestaciones de este período, y que continúa en la edad de hierro e incluso en épo­cas posteriores, es el denomina­do Arte Rupestre. Debemos aclarar que las últimas investigaciones, apuntan que la mayoría del mismo, correspondería al Calcolítico, siempre hablando de grabados de época prehistórica.

Este arte rupestre se caracteri­za por estar grabado sobre rocas al aire libre, los que normalmente se denominan petroglifos. Estos grabados o insculturas eran reali­zados por piqueteado y/o abra­sión de la roca, formando un sur­co de sección en U en la misma. En la actualidad la visión de los mismos a veces es difícil debido al fuerte proceso erosivo.

El repertorio de motivos repre­sentados es amplio, en toda el área gallega: cazoletas, combi­naciones circulares, laberintos, espirales, antropomorfos, zoomorfos, armas,... pudiendo apa­recer estos motivos aislados o asociados entre formando conjuntos muy complejos.

Su interpretación es aún difícil, dándose diversas teorías al res­pecto de su significado. Única­mente son reconocibles, en di­chas representaciones, algunas armas, figuras humanas y zoomorfos, el resto de los motivos son de carácter abstracto y por lo tanto de difícil identificación. Las teorías más comunes son las de atribución simbólica religiosa.

En nuestro municipio el número de estaciones rupestres conoci­das es elevado, poseemos cerca de 30 petroglifos, debido a la in­tensa prospección llevada a cabo en los últimos años.

A modo de resumen pasamos a mencionar las parroquias de Vigo donde se han descubierto petroglifos hasta la actualidad, destacando alguna de las esta­ciones: en la parroquia de Beade, "O Eixón"; en Comesaña, "Carballo do Castro", "Monte de Guieira", "Monte da Regueria"; en a parroquia de Coruxo "Granseo", "Os Covelos", barrio de "A Luz", barrio de "Fragoselo" donde des­taca la denominado "Pedra Moura"; en Navia, "Laxielas" y "Quintela"; en Oia, "Monte do Castro" y "Gondufe"; en Teis, "Gondosende"; y en Valladares, "A Gán­dara" y "Freixo"; por último, entre Coruxo y Saiáns, “O Mauxo”. En estos graba­dos predominan los motivos de cazoletas, combinaciones circu­lares, formas cuadrángulares y elípticas. Sólo poseemos una representación de un cérvido, en “Millaradas” en la parroquia de Valladares; y una representación de un arma, más concretamente de una alabarda enmangada, en el barrio de “A Laxe” en Sárdoma.

No podemos dejar de mencionar antes de concluir este análisis del arte rupestre de esta área geográfica sin referirnos a los petroglifos de armas de "Poza da Lagoa" y "Auga da Laxe", que aunque no se localizan dentro de los términos municipales vigueses se encuentran en una zona inmediata.

El primero se enclava en la pa­rroquia de Trasmaño, en el ayun­tamiento de Redondela y en él se pueden apreciar varias alabar­das enmangadas, puñales o es­padas cortas, un hacha enman­gada y restos de otras posibles representaciones de armas.

El segundo se localiza en la ladera Oeste del Monte Galiñeiro, en el conocido "Monte dos Aruidos" y más concretamente en una gran roca de unos 10,30 me­tros de largo por 4,6 metros de ancho, que los vecinos del lugar conocen indistintamente por "Auga da Laxe" o "Pedra das Procesións".

En total se pueden contabilizar hasta 25 representaciones de ar­mas: 11 puñales o espadas cor­tas, 6 alabardas enmangadas y 8 "escutiformes". Llama poderosa­mente la atención la gran espada que domina la zona central del petroglifo que mide 2,40 metros de largo y 0,43 de ancho en la unión de la hoja con la empuña­dura. Sólo decir para finalizar, que faltan estudios serios relativos a este período prehistórico, poco conocido en nuestra zona, pero que dará origen al que mejor está representado, que es el que corresponde a la Edad de Hierro o Cultura Castreña, del que hablaremos en el siguiente comentario.

Nota.- Como ilustraciones, tenemos, varias cuatro hachas del depósito de Estea (Saiáns); la pequeña hacha de Tallarín (Matamá) y un detalle de la representación de armas del petroglifo de “A Laxe” (Sárdoma).



DESDE LA PREHISTORIA A LA EDAD MEDIA DE VIGO ( III )

EL NEOLÍTICO Y LA CULTURA MEGALÍTICA

En un momento ya posterior al Mesolítico surgen una serie de cambios muy importantes en la economía, que provocarán a su vez cambios de todo tipo; a estos cambios en la economía, como son sobre todo la aparición de la agricultura y la ganadería, se les ha venido denominando hasta hace bien poco "revolución neolí­tica" para realzar la importancia del hecho que supuso pasar de una economía depredadora, co­mo era la de los hombres del paleolítico o del mesolítico, a una economía productora de tipo neolítico.

De este momento cultural, Neo­lítico, tenemos en Galicia muy po­cos ejemplos de poblados des­cubiertos, pero hemos de desta­car sobre todo el de uno de ellos "O Regueiriño", muy cerca de nuestro propio municipio ya que se encuentra situado en la penín­sula del Morrazo, próximo al puente de Rande; la excavación de este yacimiento mostró la exis­tencia de un poblado anterior al 2460 a.C.

Si apenas poseemos restos de lugares de habitación en cambio sí poseemos, y con relativa abundancia, restos de los lugares de enterramiento, de ahí que se de­nomine normalmente cultura megalítica al neolítico gallego. Estas construcciones funerarias, que en Galicia reciben el nombre de "mámoas", "medorras", "medoñas"... debido a la forma que pre­sentan en el paisaje, están consti­tuidas por un túmulo de tierra que cubren una cámara funeraria, for­mada por losas de piedra u ortostatos. Estas serían tumbas colec­tivas que suelen aparecer siempre en lugares llanos y a una cier­ta altura, casi siempre agru­padas.

De éste período tenemos den­tro del término municipal vigués cerca de 40 túmulos megalíticos, que se sitúan la mayor parte de ellos entre los límites de nuestro ayuntamiento y los de Redondela, Mos y Nigrán.

Como continuación de la gran necrópolis megalítica del Monte Penide poseemos cerca de una docena de megalitos en las fal­das del Monte Vixiador, mere­ciendo ser destacado el conoci­do como "Casa dos Mouros", en el lugar de "Coutada Vella" en Candeán. También correspondería a esta gran necrópolis, los túmulos megalíticos localizados en el lugar de “Cotogrande” en la parroquia viguesa de Cabral, de la que hablaremos más adelante.

Otro grupo de tumbas megalíticas se localiza muy diseminado por la zona de San Colmado y el Rebullón, formando pues parte de la gran necrópolis existente en la zona, que pertenece mayoritariamente al ayuntamiento de Mos. Destaca de este necrópolis me­galítica el "dolmen" de corredor que se encuentra actualmente dentro de las instalaciones que posee la zona el Círculo Mercantil e Industrial de Vigo. Y ya en el término municipal de Vigo desta­can cuatro túmulos en "As Xunqueiras" (Bembrive), cercanos a las instalaciones que posee la Universidad de Vigo y que hace algunos años, fueron casi totalmente destruidos.

También se han localizado túmulos megalíticos en la parro­quia de Valladares, concreta­mente en los lugares conocidos como "Sobreira" y "As Gán­daras" y en la zona de “O Mauxo” ya en Coruxo.

Hay que señalar que también se encontraron, de este período Neolítico, diversas hachas pulimentadas en diversos puntos del municipio: Coruxo; Comesaña; isla de Toralla; Beade; Teis; Alcabre; Bembrive y Castro de Vigo, pero al no haber sido encontradas “in situ” algunas pueden corresponder a épocas posteriores, concretamente a la cultura castreña, como es el caso de las aparecidas en las excavaciones arqueolgógicas llevadas a cabo en el Castro de Vigo, en pleno corazón de nuestra urbe.

Hay que destacar por su importancia para nuestra zona, las primeras excavaciones arqueológicas sistemáticas, que se realizaron durante varios años seguidos en la interesante necrópolis megalítica de “Cotogrande”, que junto a un numeroso e importante ajuar funerario localizado y que se encuentra depositado en nuestro museo municipal “Quiñones de León”, correspondiente a diversas piezas líticas como puntas de fecha ( en cuarzo, silex o pizarra ); hachas pulimentadas; cuchillos;…a dado unas muy importantes dataciones de Carbono-14, que han supuesto poder llevar los orígenes de esta cultura, hacia más atrás, de lo que se creía. Hace unos meses se ha excavado una “mamoa” de la zona de Candeán, pero por desgracia, no se conocen los resultados de dicha actuación arqueológica

En base a las intervenciones arqueológicas y a la espera de nuevos datos sobre el tema, a nivel general podemos hablar para este momento de una economía de tipo agrícola, como se documenta por análisis políti­cos realizados en diversos pun­tos de Galicia que demuestran una agricultura cerealista posi­blemente con uso del sistema de roza (tala y quema de bosques), y tal vez ganadera, completada con la recolección de frutos sil­vestres, como es el caso de las bellotas que fueron recogidas pa­ra el consumo hasta época ro­mana.

Los poblados serían asenta­mientos más o menos estables, formados por cabañas de ramas y otros materiales perecederos de ahí que no encontremos mu­chos restos.

Entre los utensilios destaca la aparición de los recipientes cerá­micos, y una innovación en el uti­llaje lítico ya que ahora las pie­dras no sólo se tallan, sino que, debido al uso de piedras de gran dureza, también se pulen por abrasión. Así tenemos que se han encontrados hachas pulimentadas, cinceles, ma­zas, azadas, gubias,... o también en talla de cuarzo, sílex y cuarci­tas, puntas de flecha, cuchillos, dientes de hoz, microlitos,... e in­cluso objetos de adorno, cuentas de variscitas, azabache, colgan­tes de piedra...

Estos elementos parecen so­bre todo como ajuares de las tumbas, lo que supone un estí­mulo para la economía al tener que "amortizar" estos materiales con un consiguiente incremento de la producción.

La construcción de estos mo­numentos funerarios nos muestra la importancia del mundo de los muertos en esta sociedad; qui­zás, incluso, los enterramientos eran acompañados de un ritual con ofrendas, debido a encon­trarse esos ajuares y vasijas de cerámica en ellos. A veces los ortostatos de las tumbas tienen símbolos grabados y/o pintados, relacionados con esa temática sacral de la muerte, motivos en líneas ondulantes, en zig-zag...

Cronológicamente, “grosso modo” se fecha es­ta cultura del IV milenio hasta fi­nes del III milenio.

Nota.- En las fotografías, podemos apreciar parte de un ajuar funerario aparecido en las excavaciones arqueológicas en la necrópolis de “Cotogrande” ( punta de fecha, cuchillo y microlitos en sílex) depositados en la actualidad en el museo municipal “Quiñones de León”; y en la otra, una vista general del dolmen conocido como “Casa dos Mouros”, que podemos apreciar, un poco antes de llegar al zoológico de “A Madroa” (Candeán)

miércoles, 14 de enero de 2009

DESDE LA PREHISTORIA A LA EDAD MEDIA DE VIGO ( II )

Paleolítico

El período más antiguo de la actividad del hombre es denomidado Paleolítico, con una forma de vida basada en caza-recolec­ción.

En la comarca de Vigo no se ha encontrado, todavía, ningún tipo de asentamiento perteneciente a éste momento, aunque sí se han encontrado algunos instrumentos líticos aislados. Dichos útiles fue­ron encontrados de forma fortui­ta, lo que hace que hayan llegado a nosotros sin un contexto ar­queológico que permita un cono­cimiento más preciso del mismo y un encuadre cronológico claro, pero basándonos en tipologías análogas podemos atribuirlos a éste período.

Los instrumentos hallados son los denominados "choppers", o cantos rodados que presentan extracciones en una de su caras de una o varias lascas que hacen que el borde sea cortante, y el "bifaz", canto golpeado por am­bas caras hasta que se conse­guía un filo fuerte amplio, tenía multitud de usos ya que con él se realizaban varias actividades: cortar, despedarzar, etc., eran una especie de hachas o cuchi­llos, o simplemente instrumentos cortantes, que nos demuestran la capacidad del hombre para fabri­car el útil mediante una serie de gestos repetidos basándose en un modelo pre-concebido.

Los restos de éste período se han hallado en diversas zonas del municipio, principalmente he­chos sobre cantos de cuarcita: "choppers" en Alcabre y en la playa de "A Calzoa" (Coruxo); un "bifaz" en San Amaro (inmedia­ciones del castro de Vigo); otro en el barrio de "O Rocio" (Bouzas); dos más, en "A Carrasquera" (Coruxo); otros nuevos localizados en las parroquias de Alcabre y Teis, concretamente en la praya de "O Cocho" y Monte de "O Sino", respectivamente y últimamente en los monte de “Mauxo”, también otros nuevos ejemplares; y por último, una su­puesta raedera en lasca de silex (especie de cuchillo posiblemen­te para preparar la carne y cortar­la, o limpiar las pieles) encontra­da en la playa de "A Calzoa" (Co­ruxo). La mayoría de estas piezas se ex­hiben en el Museo Municipal "Quiñones de León" de Vigo. También debemos de recordar un bello bifaz, localizado durante las excavaciones arqueológicas realizadas en el Castro de Vigo.

Estos útiles aislados no nos permiten realizar una reconstruc­ción de la vida del hombre en éste período, pero los estudios realizados en yacimientos con tecnología similar nos dan mayor información sobre la misma.

Cerca de Vigo, en el ayunta­miento de O Porriño, hay un yaci­miento ( mejor dicho, parte del mismo, pues la otra fue totalmente destruída) en el que se han realizado diversas excavaciones, se trata del conjunto de "As Gándaras" en Budiño, de gran importancia para el estudio de paleolítico ga­llego. En éste se encontraron in­dicios de hogares y restos de un "taller" de elaboración de útiles de un grupo de cazadores-reco­lectores. Así, junto a los útiles ya elaborados, aparecen los restos del trabajo de talla de los mismos (lascas, núcleos,...) esparcidos en el suelo.

Estos pequeños grupos de ca­zadores-recolectores solían acampar cerca de lugares con abundante agua, en éste caso se asentaron en As Gándaras o la­gunas formadas por el cauce del río Louro, por diversas razones:

-Disponibilidad de agua dulce.

-En las riberas de los ríos y lagunas abunda la caza, debido a ser un lugar donde los animales iban a beber y la pesca.

-Disponían de materia prima para elaborar sus útiles, en éste caso se encuentran numerosos cantos rodados de cuarcita y mineral.

Por los datos de que dispone­mos serían pequeños grupos de cazadores, sobre todo, que tam­bién se dedicarían a la recolec­ción de bayas, tubérculos y todo tipo de plantas comestibles; al mismo tiempo hay que suponer que en las zonas costeras y flu­viales desarrollaron la pesca, y un marisqueo costero.

Aunque esta industria, conoci­da como Achelense, se han de­sarrollado en otras zonas de la

Península y del mundo en fechas muy anteriores, este yacimiento de Budiño fue datado por el mé­todo de Carbono-14 entre el 26700 y 1800 antes del presente, fechas corroboradas también por los estudios geológicos. Aún así, podemos decir que nos podríamos mover, en torno, a los 150.000 años de antigüedad.

El siguiente gran salto cronológico que vamos a dar ahora será al hablar del Mesolítico.

Mesolítico

Con el paso del tiempo parece que hubo una se­rie de cambios climáticos que obligaron al hombre a transfor­mar algunas de sus costumbres. Por ejemplo estos cambios climá­ticos hicieron desaparecer o que se retirasen, de muchas zonas animales que antes abundaban y eran piezas preferidas de los ca­zadores paleolíticos, por lo tanto ahora el hombre tiene que cam­biar su dieta alimenticia. Parece que la carne, aunque sigue sien­do un elemento imprescindible en su dieta, tiene que ir comple­mentándose, cada vez de forma más notoria, con otras fuentes de alimentación como son la reco­lección de plantas, moluscos ma­riscos, que si antes ya se realiza­ba es ahora cuando alcanza un gran desarrollo, encontrándose a menudo grandes concheros" o aglomeraciones de conchas que formaban una especie de basu­reros de los hombres de este mo­mento.

Aquí, en el sur de Galicia, este período está muy mal conocido pero tal vez pertenezcan a este momento una serie de útiles ha­llados en diversos puntos de la costa viguesa, también denomi­nados "camposanquienses"; co­mo son diversos picos, hendedores, discos raspadores, "poutadas"..., localizados en Oia, Balaídos, isla de Toralla, Navia, Al­cabre,...

Entre el material que se ha en­contrado destacan los llamados "picos", tal vez utilizados para se­parar de las piedras moluscos como las lapas y los mejillones; y las "poutadas" o pesos de pesca lo que indicaría la importancia de esta actividad en nuestra costa. Debemos de tener mucho cuidado al adjudicar esta cronología a todos las piezas arqueológicas que presentan las tipologías que hemos comentados, pues sabemos, con seguridad, que algunos de estos objetos, continuaron fabricándose y utilizándose en la cultura castreña, por ejemplo.

No hay estudios sobre la cro­nología de este período, y a nivel aproximativo podemos indicar los milenios V-IV para su vigencia.

Nota.- En las fotografías que ilustran este comentario, tenemos un bello ejemplar de bifaz paleolítico procedente de “As Gándaras” de Budiño ( O Porriño), de similar tipología a los encontrados en la comarca viguesa; y en la otra fotografía, tenemos un peso de red o “poutada” localizada (sin más detalles) en la isla de Toralla, que bien podría corresponder por su morfología al período mesolítico o a la cultura castreña, que se va a desarrollar luego en la misma zona geográfica. Estas dos piezas se custodian en el Museo municipal “Quiñones de León” de Vigo