lunes, 3 de febrero de 2014

EL CASTRO DE VIGO: ESTADO ACTUAL DE LAS INVESTIGACIONES (VII)




 

El sitio arqueológico.
 Estructuras arquitectónicas
             En las diversas excavaciones que han tenido lugar en el Castro de Vigo se han puesto al descubierto numerosas estructuras arquitectónicas aunque, como ya se ha dicho, no todo el monte ha sido excavado y gran parte de él ha sido dañado irremediablemente por la acción humana.
En la ladera noroeste del monte se pueden ver unas 45 estructuras, de tal manera que nos podemos hacer una idea de lo ampliamente poblado que debió estar el castro en sus momentos de mayor apogeo (HIDALGO y PEREIRA, 1999). El nivel más antiguo viene datado por un fondo de cabaña y por construcciones de piedra con muros curvos, de planta circular o elíptica. Más tarde hacen su aparición los muros rectos y plantas cuadradas o rectangulares. Se constatan, asimismo, canales y huecos excavados en roca que parecen ser silos para el almacenamiento de grano. Finalmente, encontramos estructuras pétreas de muros rectos y curvos de mala calidad que corresponden, en su mayoría, a pequeños muros o terrazas de contención.
Entre las estructuras más interesantes se encuentra una casa romana excavada en la campaña de 1983. Esta construcción tiene 5,5 m de lado y un pavimento en perfecto estado de conservación, por debajo del cual discurría un canal y una pileta cuadrada. El fondo de cabaña localizado en las excavaciones de 1986 también despertó mucho interés. Se trata de un espacio elíptico conseguido tras rebajar la roca base y del que se desconoce su longitud total (la anchura es de 3 m). Hacia el sur del espacio hay un hogar que se sitúa en un lugar más elevado y, opuesto a él, dos pequeños huecos de poste muy juntos y alineados. En los sondeos de 1988, por otro lado, se localizaron dos muros hechos con piedras de mediano tamaño. Uno de ellos es una estructura recta de 4,4 m de longitud y 60 cm de ancho y, el otro es, más bien, un sistema de aterrazamiento o de contención de tierras, del que no ha podido saberse su anchura y cuya longitud es de 2,8 m (HIDALGO y VIÑAS, 1997).
            Por tanto, durante el poblamiento indígena (II-I a.C.), los habitantes del Castro de Vigo vivían en casas de planta circular, con muros de piedra o fondos de cabaña, techo realizado con ramaje vegetal y suelo de tierra o arcilla. Todas las estructuras halladas cuentan con un hogar o lareira donde se cocinaban los alimentos y que estaba en el centro del castro o junto a una pared. Las características del hábitat galaico-romano de los siglos I al III d.C. son diferentes. Aparecen casas con una planta nueva, cuadrada o rectangular, y los tejados se cubren con tejas romanas, tegulae e ímbrice.

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