El sitio
arqueológico.
Estructuras arquitectónicas
En las diversas
excavaciones que han tenido lugar en el Castro de Vigo se han puesto al
descubierto numerosas estructuras arquitectónicas aunque, como ya se ha dicho,
no todo el monte ha sido excavado y gran parte de él ha sido dañado
irremediablemente por la acción humana.
En la ladera noroeste del monte se pueden ver
unas 45 estructuras, de tal manera que nos podemos hacer una idea de lo
ampliamente poblado que debió estar el castro en sus momentos de mayor apogeo
(HIDALGO y PEREIRA, 1999). El nivel más antiguo viene datado por un
fondo de cabaña y por construcciones de piedra con muros curvos, de planta
circular o elíptica. Más tarde hacen su aparición los muros rectos y plantas
cuadradas o rectangulares. Se constatan, asimismo, canales y huecos excavados
en roca que parecen ser silos para el almacenamiento de grano. Finalmente,
encontramos estructuras pétreas de muros rectos y curvos de mala calidad que
corresponden, en su mayoría, a pequeños muros o terrazas de contención.
Entre las estructuras más interesantes se encuentra
una casa romana excavada en la campaña de 1983. Esta construcción tiene 5,5 m de lado y un pavimento
en perfecto estado de conservación, por debajo del cual discurría un canal y
una pileta cuadrada. El fondo de cabaña localizado en las excavaciones de 1986
también despertó mucho interés. Se trata de un espacio elíptico conseguido tras
rebajar la roca base y del que se desconoce su longitud total (la anchura es de
3 m).
Hacia el sur del espacio hay un hogar que se sitúa en un lugar más elevado y,
opuesto a él, dos pequeños huecos de poste muy juntos y alineados. En los
sondeos de 1988, por otro lado, se localizaron dos muros hechos con piedras de
mediano tamaño. Uno de ellos es una estructura recta de 4,4 m de longitud y 60 cm de ancho y, el otro es,
más bien, un sistema de aterrazamiento o de contención de tierras, del que no
ha podido saberse su anchura y cuya longitud es de 2,8 m (HIDALGO y VIÑAS,
1997).
Por tanto,
durante el poblamiento indígena (II-I a.C.), los habitantes del Castro
de Vigo vivían en casas de planta circular, con muros de piedra o fondos de
cabaña, techo realizado con ramaje vegetal y suelo de tierra o arcilla. Todas
las estructuras halladas cuentan con un hogar o lareira donde se cocinaban los alimentos y que estaba en el centro
del castro o junto a una pared. Las características del hábitat
galaico-romano de los siglos I al III d.C. son diferentes. Aparecen casas
con una planta nueva, cuadrada o rectangular, y los tejados se cubren con tejas
romanas, tegulae e ímbrice.
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