Circulación monetaria
Las monedas encontradas en el NO. peninsular también nos marcan una pauta de este comercio romano que como veremos nos da una cronología paralela en gran parte, a la que nos proporcionan los otros datos analizados (cerámica importada, vidrio,...).
Asi tenemos según el estudio realizado por Arias Vilas y Cavada Nieto (50), que hacia el alto imperio o primera etapa del imperio, son abundantes los hallazgos de monedas de cecas hispánicas del valle del Ebro, lo que daría una grande importancia a las rutas terrestres como fluviales; asi analizan la ruta del Ebro a Cantabria y desde aquí por la cuenca del Duero llegarían al NO., através de la vía de Astorga a Braga. Ya en el siglo II se documentan pocos hallazgos y muy aislados (Salvaterra do Miño, Pontevedra; Fonsagrada, Lugo; etc,...). Del siglo III podemos fechar numerosas monedas aparecidas, siendo la mayoría acuñadas en Roma o cacas del Mediterráneo Oriental. Esto nos hablaría sin duda de una gran importancia de las vías marítimas en esta época. En contradicción con esta teoría, ya los mismos autores, apuntan que hacia la segunda mitad del siglo II en el Mediterráneo y Atlántico existe mucha piratería, como lo indican los tesorillos localizados en Bares y Algava. Esta importancia de las vías marítimas también la podemos documentar en el siglo IV, pues continúan los hallazgos de monedas acuñadas en cecas del Mediterráneo, aunque algo más occidentales.
Nuestra opinión es que esta importancia de las vías marítimas en el NO. peninsular ya se inicia hacia el cambio de era, siguiendo la tradición de un comercio anterior que utilizaba estas vías. Nos corrobora esta hipótesis el hallazgo de monedas tachables hacia el último tercio del siglo I antes de J. C. y de mediados del siglo I después de J. C. en castros costeros, como son por ejemplo las castros de Vigo y Sta Trega , entre otros.
Vidrio y varios
También los castros costeros nos han proporcionado bellos ejemplares de recipientes romanos de vidrio, mayoritariamente fechables hacia el siglo I después de J. C., pues abundan los cuencos de costillas muy peculiares de esa época. Tenemos así documentados hallazgos de este tipo en Monte Mozinho , Briteiros , Castro de Vigo ,... También de vidrio son varias cuentas de collar encontradas en los castros de St.a Trega, Castro de Vigo e isla de Toralla, Fozara, Priegue,...
Como producto de importación tenemos asimismo algunos ejemplares de anillos y/o entalles, que nos confirman este tráfico comercial atlántico romano. Como ejemplos podemos señalar el anillo romano aparecido en las islas Cíes (Vigo, Pontevedra) y el entalle del Castro de Vigo, ambos datables hacia mediados del siglo I después de J. C. .Sin duda, producto también de importación romana, son diversos objetos de bronce (tales como pequeñas estatuillas, ciertos tipos de fíbulas y alfileres del pelo, tijeras, pinzas,...) muy frecuentes en hallazgos en castros costeros, que esperan un estudio más profundo.
Castros romanizados y villas romanas
Lógicamente este comercio que acabamos de analizar, en base a los productos importados localizados en nuestro NO., poseía un mercado. Los castros romanizados y las villas romanas constituían dicho mercado sin lugar a dudas.
Son numerosos los castros en que se han encontrado productos de importación romana y que nos demuestra la adquisición de dichos objetos por el elemento indígena. Anteriormente señalábamos los yacimientos litorales en los cuales se localizó cierto tipo concreto de producto romano, fruto de este comercio atlántico (cerámica campaniense, sigillatas, paredes finas,...). Pero además tenemos numerosos puntos costeros, que evidencian también este comercio, pero las referencias son escuetas en cuanto al tipo de hallazgo, por lo cual sólo se pueden especificar las localidades en las que se encontraron objetos romanos de importación, pero no se puede concretar dichos productos. Así tenemos los siguientes castros: Pontecesures, Calogo (Vilagarcía de Arousa), Mogor (Marín), Domaio (Moaña), Salvaterra do Miño, A Peneda (Redondela), castro do Calvario (O Rosal), Tabagón. As Medoñas (Nigrán),.... Resumiendo podemos apuntar que la gran mayoría, por no decir la totalidad, de los castros marítimos muestran huellas claras de romanización, produciendose ésta en algunos casos en época temprana.
Respecto a las villas romanas existentes en la costa del NO. peninsular, siguiendo a Tranoy , podemos señalar las seguientes, agrupadas cronologicamente: las de Currás, Moreiras (Viladesuso), Taboexa, Villa-juan (Villagarcía), Moraime (Muxía) y Fornelo en el valle do Douro en Portugal, que en la actualidad no podemos datar con certeza; la de Povoa do Varzim fechable en los siglos I-II d. de J. C; y por último, datadas entre los siglos III-IV d. de J. C., tenemos las villas de Panxón, Hío, A Lanzada, Cirro (Negreira) y Centroña (Pontedeume). Por nuestra parte podemos señalar la existencia de cuatro villas más en nuestra área de estudio: dos de ellas se localizan en el término municipal vigués, y corresponden a las villas de Sobreyra y Torrala. Las otras dos se localizan en A Portela (Redondela) y Os Castros, Lourido (Salvaterra do Miño). Podemos datar estas últimas entre los siglos III-IV d. de J. C. También datables en estos siglos están las villas romanas en Portugal, situadas entre el Lima y Douro, según Tranoy, de Vilar, Guilhabreu y Laura. Esta densidad de villas romanas en nuestro litoral nos reafirma el papel que desempeyó el atlántico como vía de comunicación en el comercio romano.
Conclusiones
Desde los primeros trabajos de Balil sobre el comercio atlántico romano, hasta nuestros días, numerosos hallazgos han permitido conocer con más detalle las características y difusión de este comercio.
Por los productos de importación localizados en diferentes yacimientos costeros podemos documentar muy bien este comercio, que como precedente tendría ya el importante comercio prerromano, evidenciado por los hallazgos de productos púnicos y griegos en nuestro litoral. Esta vía marítima de comercio también utilizaba paralelamente a ésta, los ríos navegables para su penetración en tierra adentro y ampliar así el marco comercial.
Castros romanizados y villas romanas jalonan la costa, confirmando el papel importante de este comercio, desde el cambio de era hasta los siglos III-IV d. de J. C, en que adquiere mayor auge, pues ya se desarrolla paralelamente de forma intensa y continua el comercio por vía terrestre.
Este comercio atlántico romano ya datado en época temprana, nos habla de un proceso romanizador también temprano, en firma contradicción con lo que se suponía para el NO. peninsular tradicionalmente . Este fenómeno tamprano de la romanización de ciertos poblados castreños, se pudo documentar muy bien en las últimas excavaciones arqueológicas realizadas en el Castro de Vigo .
Podemos hacernos una idea del tipo de nave de carga romana que navegaba por las costas gallegas hacia el siglo III d. de J. C y las características del transporte de mercancía en el comercio marítimo romano, tomando en cuenta el estudio reciente de Alonso Romero sobre la estela de Vilar de Sarria.
Numerosos materiales arqueológicos subacuáticos aparecidos recientemente y la necesidad de un estudio serio de los mismos, también nos confirman el papel importante de este comercio .
Solo señalar, para finalizar este breve trabajo sobre el comerció atlántico romano en el NO. peninsular, que sin duda, nuevos datos y estudios monográficos nos irán confirmando el papel primordial que poseyó la vía marítima en este comercio romano, como lo confirma que ya en la actualidad se tengan nuevas referencias sobre más hallazgos costeros de materiales de importación romana
Nota.- En la fotografía que ilustra este comentario, unos “pequeños bronces” romanos, localizados en la villa romana de Toralla (Vigo), que nos hablan de la circulación monetaria de nuestra zona con el mediterráneo oriental y que también podemos rastrear en las cerámicas de importación tardías.
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