sábado, 12 de diciembre de 2009

CERÁMICAS INÉDITAS DEL CASTRO Y FORTALEZA MEDIEVAL DE PADÍN, TEIS, VIGO

En 1989 se procedió a realizar una pequeña campaña arqueológica en el denominado monte "As Torres", en el barrio de Padín, en la parroquia viguesa de Teis. Fruto de estos trabajos, fue la documentación de un asentamiento castreño en el mismo y la ubicación, en la parte alta, de una torre o fortaleza medieval. Como datación para el primer nivel de documentación es muy amplio, pudiendo fechar el inicio del mismo hacia el siglo VI antes de Jesucristo y la terminación del de dicha ocupación, hacia mediados del primer siglo después de Jescristo. El auge lo podríamos situar hacia finales del siglo II y siglo I antes de Jesucristo. La fecha que poseemos para la etapa medieval sería los siglos XIV-XV. Aunque este interesante y completo yacimiento arqueológico vigués( por desgracia, muy disminuído por las diversas obras realizadas en él, que sólo han dejado llegar hasta nosotros, la mitad de su configuración primitiva), será objeto de otro comentario, relativo a las estructuras pétreas localizadas y otros pormenores de la excavación arqueológica, hoy vamos a presentar, las piezas que concretan perfectamente los apartados mencionado, através, de las cerámicas localizadas y que en la actualidad se custodian en el museo municipal "Quiñones de León" de nuestra ciudad.
Por lo mencionado anteriormente, a "grosso modo" podemos clasificar dichas cerámicas en dos grandes grupos: las correspondientes a la cultura castreña y las datables a la Baja Edad Media, esto es, a las medievales.
LAS CERÁMICAS CASTREÑAS
Las vasijas más antiguas que se han encontrado en este yacimiento correspondientes a la cultura castreña, las tenemos documentadas en un horizonte cronológico que nos lleva a finales del anterior período cronológico, esto es, la Edad de Bronce Final o Atlántico, fechable hacia el siglo VII antes de Jesucristo y al que corresponden también un fragmento de hacha de dos anillas de bronce perteneciente a este momento, un colgante amorcillado del mismo metal, asi como otro fragmento de bronce, posiblemente correspondiente a la parte inferior de una vaina de puñal. Al lado de la cerámicas indígenas, pudimos localizar un interesante fragmento de cerámica pintada con decoración geométrica y cuya procedencia la podemos situar en el sur de la península ibérica, por paralelismos con otras piezas semejantes.
Las cerámicas indígenas correspondientes a esta etapa cronológica, son muy toscas, hechas a mano, de colores oscuros y presenta una variada gama tipológica.
Las vasijas castreñas siguientes, que podemos vincular a un momento tardío alcanzando la denominada etapa galaico-romana ( finales del II al siglo I después de Jesucristo), nos vienen dadas por piezas fabricadas ya ha torno, con superficies alisadas o pulimentadas, lisas pero también en ocasiones con decoraciones geométricas, conseguidas por técnicas de incisión, impresión o estampillado. Al término de este período cronológico debemos de atribuir varios fragmentos de ánfora romana localizados en la campaña.
LAS CERÁMICAS MEDIEVALES
Dando un gran salto en el tiempo, tenemos las cerámicas bajo-medievales, que corresponden a vasijas u ollas de mediano tamaño, de color grisáceoen su mayoría y decoradas a base de ungulaciones, digitaciones y cordones. Ya estamos en los siglos XIV-XV.
Llama la atención la gran cantidad de fragmentos cerámicos correspondiente a estos siglos y que se encuentran aún en grandes trozos. Por las circunstancias que conocemos de la destrucción de esta fortaleza mediaval por parte de los "irmandiños" ello nos explicaría esta cuestión, pues da la impresión que al ser arrasada y tomada, fue destruída y ya no buen a ser ocupada.
La importancia de estas cerámicas medievales en nuestra zona de estudio ( el valle del Fragoso ) es muy grande pues son muy escasas, las muestras que poseemos de piezas de esta época en la zona y no por que no existan yacimientos de este período aquí, sino que o bien aún no fueron excavados o si fueron encontradas fuera de un contexto romano, por ejemplo, fueron desechadas, por "modernas".
Desde aquí, y por el tema que nos ocupa, quiero dejar constancia, del gran riesgo que se puede estar cometiendo al "ignorar arqueologicamente" los materiales que no podemos documentar en épocas romanas o anteriores, pues de las posteriores a la Edad Media, se conoce muy pocoy por ello de una manera insconciente se puede caer en el perjuicio de que lo que "vale" es lo antiguo y que lo moderno, nos dice muy poco....
Comentario de las imágenes: En la fotografía inferior, podemos ver al lado de un fragmento indígena castrño antiguo, la cerámica pintada de importación y los fragmentos de hacha, colgante amrocillado y de vaina de bronce; en la siguiente ya tenemos las cerámicas que correspondería a una etapa tardía castreña: una ficha perforada, varios fragmentos de vasijas indígenas decoradas, junto a un fragmento de ánfora romana; y finalmente, en la última imagen, las tradicionales cerámicas grises bajo-medievales con sus formas y decoraciones típicas.

sábado, 14 de noviembre de 2009

SOBRE MURALLAS Y CALZADAS EN LAS EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS DEL CASTRO DE VIGO

En la campaña arqueológica de 1986 se llevaron a cabo ocho sondeos de dos metros de lado y uno, más amplio de cinco metros. Fueron realizados en dirección norte de la zona excavada en área y que en la actualidad puede verse las estructuras localizadas y dejadas al descubierto, para deleite de los amantes a estos temas. Los sondeos, como sucediera con los llevados a a cabo el año anterior y como se harían con los realizados en los dos años siguientes, estos ya en la ladera opuesta, se taparon, luego de tomar toda la información posible de la estratigrafía, las construcciones localizadas y recoger los materiales cerámicos, metálicos y líticos encontrados.
Los sondeos arqueológicos de 1986, fueron los más alejados que se llevaron a cabo en esta área del yacimiento y dos de ellos, a los que hecemos mención en este comentario, nos ofrecieron dos interesantes hallazgos, de los que no se ha hablado mucho de ellos, esperando nuevos resultados en la zona, que pudieran confirmar las hipótesis, que se plantearon en el momento de su localización y que se plantean aún ahora.
Así en uno de los sondeos (en concreto el que se denomino "sondeo VII") a unos 50 metros, de la citada zona acotada, se pudo documentar una gran potencia estratigráfica ( de más de dos metros), aunque ésta, estaba formada por capas o estratos que presentaban tierras removidas y materiales revueltos y rodados ( esto es, en posición "secundaria"), sólo estando intacto el último nivel, que cubría un enlosado bastante bien conservado, formado por lajas dispuestas horizontalmente ya sobre la roca base, algo rebajada en esa zona, siendo estas piedras de tamaño grande y medio. Este enlosado cubría todo el fondo del sondeo de dos metros de lado y continuaba, introduciendose por los cuatro cortes estratigráficos realizados.
Por último, el sondeo denominado IX, que fue el más distante de los realizados en esta ladera en dirección norte ( a unos 7o metros, aproximadamente), también de dos metros de lado, nos documentó una interesante y peculiar estructura pétrea, de ancho grosor y gran solidez, compuesta por dos muros, uno colocado encima y pegado al otro, formando una unidad completa que ocupaba todo el lado sur del cuadro y parte del lado este. Se encontraba directamente colocado sobre la roca base rebajada del monte y continuaba por los dos cortes estratigráficos. Por sus características formales y su dirección, nos puede hacer pensar en que podría corrresponder a parte de los cimientos de una de las murallas defensivas que poseyó este poblado castreño por esta zona.
Sólo como hipótesis de trabajo y como mencionamos antes, a la espera de nuevos trabajos arqueológicos en la zona, podemos pensar que nos encontramos delante del hallazgo de parte de una de las calzadas públicas que poseía el castro, así como parte de una de las murallas defensivas que se construyeron en este poblado.
Las circunstancias de los hallazgos y sus características así nos lo hacen pensar. Sabemos que tanto el enlosado como el grueso lienzo pétreo, ocupan más extensión de la que pudimos documentar y que continúan y bien conservados, hacia los espacios vecinos aún sin explorar. Por otro lado, sabemos que tanto una estructura como la otra, corresponde a época castreña, pues estaban bien sellados por los niveles o estatos que los cubrían.
Finalmente y teniendo en cuenta la importancia y la extensión del poblado del castro de Vigo, es lógico pensar, que estuviese protegido por una o varias murallas ( como son los casos de San Cibrao de Lás, en Galicia o las citanias de Sanfins o Briteiros, en Portugal, por citar los casos más conocidos). Por esta misma circusntancia de su importancia y con los mismos paralelos inmediatos, es evidente que nuestro castro debió de poseer una o varias calzadas públicas, para comunicar adecuadamente toda el área habitada y facilitar el movimiento de ala población.
Nota.- En la primera fotografía, en la parte superior, podemos apreciar el sondeo en que se documentó la posible cimentación de la muralla del castro; y en la otra, al fondo del profundo sondeo de más de dos metros, el enlosado que cubría la totalidad del mismo, que bien nos podría estar evidenciando el hallazgo de parte de una de las calzadas o vías públicas de nuestro yacimiento.

martes, 3 de noviembre de 2009

LETRAS Y SÍMBOLOS EN LOS "GRAFITTI" ROMANOS DE VIGO

En las numerosas intervenciones arqueológicas realizadas tanto en el Castro de Vigo, como por la zona urbana que delitata el antiguo Vigo romano ( Areal, calles Rosalía de Castro, Marqués de Valladares, Fermín Penzol,..), fueron bastante numerosos los hallazgos de "grafitti" en diferentes materiales arqueológicos cerámicos, tales como, fragmentos de ánforas, tégulas, pesas de telar ( los famosos "pondus"), fragmentos de cerámica de cocina y de lujo,..
Basicamente estos "gafitti" nos ofrecieron la posibilidad de identifican algunos símbolos y algunas letras (que en ocasiones formaban toda una incripción o palabra). De entre todos ellos, hoy analizaremos dos de ellos, totalmente diferentes: encontrados en dos yacimientos distintos; de diferente cronología; uno presenta un símbolo y otro un nombre;...pero tienen en común que fueron realizados en vasijas romanas de lujo y nos hablan de la sociedad existente en el Vigo de aquellos siglos atrás. En definitiva, nos trasladan a hablar de mentalidades y no de tipologías cerámicas.
En la campaña arqueológica llevada a cabo en el castro de Vigo en 1984, se localizó, en un nivel que podemos datr hacia finales del siglo I después de Jesucristo o principios del siglo siguiente, numerosos fragmentos cerámicos, que una vez realizada su restauración y tras largas horas de reconstrucción, nos ofreció una esbelta jarra de unos 20 centímetros de altura y 8,5 centímetros de diámetro en su boca. El acabado de su superficie es fino y su color ocre-amarillento. Posee un asa de sección elíptica que va desde el borde liso al inicio de su cuerpo globular, en el que podemos ver que está decorada con varios surcos incisos horizontales y paralelos.
Justo al lado contrario en que se encuentra el asa, esto es, en la parte delantera de la jarra, hacia la zona central de la misma, se pudo documentar un interesante y bien conservado "grafitti", que representaba una rosácea de seis pétalos ( conocida como hexapétala o hexafolia) inscrita en un circulo de unos 6 centímetros de diámetro. Se había realizado con sumo cuidado y paciencia utilizando un compás y el resultado fue perfecto.
El tema de este símbolo y su significado lo podemos rastrear en diversas culturas indoeuropeas y ya en la cultura romana, la tenemos asociada con un significado que nos habla de la inmortalidad, del sol que renace cada mañana, ... en definitiva, una significación celeste/astral que va unida a la esperanza en la inmortalidad y en la eternidad.
Es curioso hacer notar, que si bien este símbolo, es encontrado en el poblado del castro de Vigo, en un objeto de lujo pero cotidiano y fechable hacia finales del siglo I después de Jesucristo, tenemos el mismo signo usado en numerosas estelas funerarias romanas, localizadas en la zona del Areal, en nuestra ciudad, ya con una datación entre los siglos III-IV después de Jessucristo, aquí representado con un claro componente funerario, pero que nos habla de su significado esencial: la eternidad y la inmortalidad. Llama la atención por ello, por un lado que ya se emplee siglos antes y que se haga en un objeto de la vida cotidiana pero que su significado ya está presente hasta la muerte. Su símbología, podemos decir, no sólo se va a asociar con su utilización en ritos funerarios sino que en la mentalidad de la época y en el trascurso de la vida, es utilizado con el mismo significado.
Por otro lado, en la excavación arqueológica de urgencia realizada en 1991 en el solar en que en la actualidad se encuentra emplazada la actual Biblioteca Central de Vigo ( objeto del anterior comentario de este blog) entre el material arqueológico cerámico romano, se localizó un fragmento de "terra sigillata" hispánica con un "grafitti" en que se puede leer, aún admitiendo otras lecturas, la inscripción latina "FVSCANI", lograda por la unión de varias letras al final de la misma. Aunque la pieza en si, podría llevarnos a una datación sobre los siglos III-IV después de Jesucristo, especialistas en esta materia, por la circunstancia mencionada de la unión de las letras y su resultado final, la fechan uno o dos siglos antes del marco cronológico antes propuesto.
Gracias a este "grafitti" poseemos así, otro nombre a los ya conocidos aparecidos en las estelas funerarias romanas encontradas en la zona del Areal, que resultan ser los primeros nombres que sabemos de los habitantes del pujante Vigo romano, algunos de los cuales, nos hablan de emigrantes que vienen de la meseta atraídos sin duda por esesplendor económico de nuestra ciudad ya en aquellas épocas de los primeros siglos de nuestra era.
Nota.- En la imagen superior, detalle del "grafitti" del castro de Vigo; y abajo, el fragmento de "terra sigillata" con el "grafitti" localizado en el solar de la biblioteca central de Vigo.

domingo, 1 de noviembre de 2009

RESTOS DEL VIGO ROMANO Y MEDIEVAL DEBAJO DE LA BIBLIOTECA CENTRAL

La primera intervención arqueológica urbana programada llevada a cabo en el centro de Vigo, en concreto en el antiguo edificio Ferro", que hoy ocupa la Biblioteca Central de Vigo, que tuvimos la suerte de llevar a cabo a principio de la década de los 90 del siglo pasado, dió como fruto el descubrimiento de restos construcivos romanos y medievales, junto a numeroso material cerámico correspondiente a estas épocas históricas.
La campaña arqueológica de urgencia realizada en 1991, consistió en la excavación de seis sondeos, de diferentes dimensiones,repartidos por el área a investigar, que quedó muy reducida pues en la parte alta de la misma, afloraba directamente la roca base granítica. Cuatro de estas catas arqueológicas dieron resultados positivos. La potencia estratigráfica rebasó en ocasiones, los cuatro metros de profundidad.
Pudimos detectar que el primer nivel arqueológico nos viene dado por o bien por cimentaciones o desagües del propio edificio o por estructuras pétreas de fechas de construcción semejantes ( hacia finales del siglo XIX o principios del XX); luego otras estructuras peor conservadas nos llevarían a períodos también modernos, pero algo más antiguos ( siglos XVIII-XVII), pero en un sondeo se pudo localizar parte de una calzada o enlosado medieval, destruída en parte por las construcciones posterior. Finalmente, al levantar este nivel medieval es cuando aparece el correspondiente a época romana, en los que se recogieron abundantes fragmentos de tégulas, ánforas, cerámica común de cocina y "terra sigillata" hispanica, una de las cuales poseía un intereante "grafitti", que comentaremos en otra entrada deeste blog. Por el estudio de los materiales romanos podemos documentar este nivel hacia los siglos III-IV después de Jesucristo.
La única estructura pétrea romana detectada, fue un muro que se apoyaba directamente sobre la roca base , observándose claramente la zanja de cimentación realizada para construir el mismo. Como este muro se localizó en una esquina del sondeo realizado, vemos como se introduce en los cortes estratigráficos, lo cual hizo imposible su excavación total. Eso sí, nos está certificando que en las parcelas limítrofes a la excavada, continúa este nivel romano.
Tenemos pues, que en los cimientos de lo que es en la actualidad la Biblioteca Central de Vigo, poseemos una secuencia estratigráfica muy completa de la historia de nuestra ciudad, y que nos va llevando desde la ocupación romana hasta el siglo pasado, documentándose etapas intermedia (como la medieval) de las que poseemos escasa documentación.
La importancia de estos descubrimientos en su época fué sin duda, que confirmaban lo que hoy ya sabemos con certeza: la existencia de restos romanos y posteriores, por debajo del Vigo actual. Lo que poseeíamos hasta entonces, eran referencias bibliográficas o hallazgos aislados que nos hablaban de esta hipótesis. Los descubrimientos del importante enclave romano del posible "Vicus Helleni", sucesor del anterior poblado del castro de Vigo, empezarían a partir de ese momento a multiplicarse y darnos la bien documentada visión de esa etapa histórica de nuestra ciudad.
Nota.- En la mágen superior, podemos observar parte de la calzada o enlosado medieval localizado, roto finalmente por la construcción de un estructura posterior; y en la otra fotografía podemos ver, en la parte superior, el muro romano, justo debajo de donde se apoya la escala métrica del sondeo y que nos demuestra la gran potencia del mismo. A la derecha, un desagüe moderno, muy frecuentes en esta parcela.

domingo, 25 de octubre de 2009

LA PROBLEMÁTICA DE LOS HUECOS EXCAVADOS EN LA ROCA BASE DEL CASTRO DE VIGO

Presentes en ambos lados del monte, el descubrimiento de numerosos huecos excavados en la roca base del monte del castro, plantea numerosas incógnitas, algunas de las cuales podemos trataremos de abordar en el presente comentario.
Todos los años que se realizaron excavaciones arqueológicas en la ladera del Poniente del yacimiento castreño, fueron muy numerosos los huecos u oquedades y rebajes realizados en la roca base del monte (granito de grano medio y en ocasiones, "xabre"). Poseen diversas dimensiones y características que pasamos muy brevemente a resumir a continuación. La localización de los mismos se sitúa hacia la zona intermedia de la citada área, que presenta en general un rebaje horizontal en la mayoría de su superficie, en la que se pueden ver también largos y profundos canales, pendientes de una acertada explicación.
Tenemos en primer lugar unos huecos de forma circular u oval, que miden aproximadamente un metro de diámetro y su profundiad va a varíar entre los 50 y los 100 centímetros. Estos huecos los identificamos como pías para el almacenaje de líquidos o silos, para guardar grano, por ejemplo ou otro tipo de alimento. Como nota común a todos ellos vemos, que poseen unas paredes perfectamente verticales y que están cubiertas de una argamasa de tonalidad negruzca, que los convierte en impermeables, pues al estar algunos de ellos abiertos en granito alterado o en descomposición ( lo que conocemos en la zona como "xabre"), éste permitiría la filtración del agua, si su función, por ejemplo, fuera esa. De principio, como decimos anteriomente, creemos que debemos de identificarlos como huecos, con silos de almacenaje de grano o comida en general y/o depósitos para contener agua o líquidos en en general también. Estos huecos se encontraron en medio de varias estructuras pétreas y están vinculados sin dudas con ellas.
Hay que mencionar otro hueco interesante similar a los anteriores, pero de forma rectángular, de unos dos metros de largo por 1 metro de ancho y de 80 centímetros de profundidad, detectado por debajo de una de las esquinas de una estructura de piedra, que al ser construía, lo rellenó y dejó inutilizado. Tenemos aquí, un claro ejemplo, de dos niveles de ocupación de diferente cronología.
Otro huecos excavados en la roca son de reducidas dimensiones y mayoritariamente de forma circular, aunque algunos de ellos presenta otra forma debido a lo alterado de la roca. Sus diámetros oscilan entre lod 10 y 25 centímetros y su profundidades entre los 5 y 30 centímetros. Se dectaron cerca de estructuras pétreas y nos hace pensar que su función está relacionada con las mismas, como pequeños huecos de poste, que sirvieron para sujetar diversos materiales vegetales: cercas, puertas exteriores, cierrres, para colgar y sujetar útiles de la casa,...
En la ladera del Naciente, excavada en 1987 y 1988, por medio de sondeos arqueológicos, fueron también muy abundantes del huecos excavados en la roca base. Por lo general estos silos, si aceptamos lo que comentamos anteriormente, poseen unas medidas que van de los 1,5 x 1,2 metros el mayor de ellos, a el de 1 x 0,70 metros, el más pequeño. Es de destacar como cerca los mismos, se encuentra un muro que se encuentra completamente encajado en la roca base rebajada, es decir, que se excavó la roca pra proporcionar unos sólidos cimientos a esta estructura, pero no sólo en la zanja de construcción, sino que incluso la zona del piso o pavimento se halla totalmente rebajada y adquire una superficie plana y no pendiente o inclinada, como es la del monte en esta zona.
Es interesante señalar que en esta zona se pudo documentar como algunas de las paredes verticales de estos huecos excavados en la roca base, fueron constituadas con argamasa muy contacta, una vesz que están a ras de suelo, sugueriéndonos que la parte de pared externa, se elevaba a cierta altura del suelo y que posibilitaba que tuviera una tapadera y evitar de estar forma, la entrada de animales o lluvia a los mismos,..
Sobre este tema de los silos o depósitos excavados en la roca, para guardar alimento, tanto líquidos como sólidos, hay que recordar algunos pasajes en las fuentes clásicas de la época, que mencionan la existencia de los mismos y como eran usados por los habitantes de estos poblados, para las funciones que comentamos.
Nota.- En la fotografía superior, huecos y rebajes en la roca base en la ladera Este del yacimiento, localizados gracias a los diferentes sondeos arqueológicos realizados en esta zona, en las campas de 1987 y 1988. En la fotografía inferior, uno de los mejor conservados huecos excavados en la roca del castro, localizado en la ladera del Poniente, a lo largo de la excavación en área realizada en la zona, desde 1982 a 1986.

martes, 20 de octubre de 2009

SOBRE LOS MOLINOS DE MANO DEL CASTRO DE VIGO

Hoy vamos a detenernos a hablar de los molinos de mano encontrados en las diferentes campañas de excavaciones arqueológicas llevadas en el castro de Vigo y la problemática que plantean diferentes aspectos relacionados con los mismos: cronología, funciones, tipos,..
Aunque en este yacimiento se localizaron los dos tipos de molinos de mano, que se conocen, esto es, los planos o naviculares y los circulares, fueron estos últimos los que se documentaron en mayor número y sobre los que nos centraremos en este comentario.
Podemos decir que fueron recogidos cerca de medio centenar de molinos de mano a lo largo de las ocho campañas arqueológicas, desde 1981 a 1988. Aparecieron tanto fragmentos pertenecientes a la parte superior, como a la inferior. Esto es, la que se mueve y gira y la que está posada en el suelo y sobre la que se mueve la anterior. Hay que dejar contstancia, que también, la mayoria de ellos, se encontraron reulizados formando parte de construcciones diversas ( enlosados, casas,..) y en raras ocasiones se recogieron totalmente enteros y que podemos decir que aún se utilizaban para moler. Por ello, corresponderían a los molinos que podemos llamar "amortizados", quiero decir, que por su uso continuado ya no servían para su función original y, medio enteros o en parte, fueron reutilizados en vez de ser tirados. Hay que dejar constancia que la mayoría de ellos, se localizaron partidos a la mitad, para posibilitar mejor, su reutilización en tareas de construcción. También hay que señalar, que casi todas los fragmentos que correspondían a la parte superior, poseían un pequeño agujero en uno de sus laterales, para facilitar su movimiento giratorio.
Creo que no es aquí el lugar más adecuado para realizar un inventario de todos y cada uno de ellos, aportando sus medidas, pesos, tipos,...sino el pararnos a reflexionar sobre el tema de la cronología de los molinos giratorios o circulares, pues fueron mayoría entre los encontrados en el castro de Vigo y que plantean una interesante problemática, no tan sólo aquí, sino en todos los yacimientos castreños y romanos en general.
Son numerosos los autores que han tratado el tema y pasaremos revista a una selección de ellos.
Así tenemos que si para el arqueólogo portugués, Ferreira de Almeida, el molino circular sería una importante novedad en el período que él denomina "castrejo medio" y que sitúa en torno al siglo I antes de Jesucristo, o para concretar más, a partir del año 61 antes de Jesucristo, fecha de la expedición de "reconocimiento" de Julio César a nuestras costas, el arqueólogo gallego, Fariña Busto, los pone en relación con la iniciación de las practicas agrícolas con uso de arado, situando ese momento hacia el siglo IV antes de Jesucristo. Otros autores, como el arqueólogo asturiano, Luis Maya, nos dice que será introducido a partir de la segunda mitad del siglo IV antes de Jesucristo, pero continuará su uso con la romanización.
Otro arqueólog portugués, Correira Borges, al estudiar los molinos de Conímbriga, nos indica ( sin mencionar para nada la fecha concreta de su introducción) que en época romana se generaliza, existiendo diferentes modelos que corresponden a una determinada evolución cronológica y unas distintas formas de su utilización.
A su vez, el insigne arqueólogo, Maluquer de Motes, estudiando el poblado hallstático de Cortes de Navarra, nos señala que el momneto del inicio de la difusión de los molinos circulares por el valle del Ebro, se sitúa en torno al 450-430 antes de Jesucristo. Este mismo autor, pero aquí analizando el castro de Los Castillejos, en Sanchorreja, nos comenta que al no localizar ninguno en este yaciiento y teniendo en cuenta que este importante poblado llega al 400 antes de Jesucristo, la introducción de los mismos, se dará en la Meseta en una fecha más tardía. Y así vemos, como corraborando esta idea, que estos molinos son abundantes en Las Cogotas, yacimiento éste, que posee un marco cronológico más amplio que Sanchorreja, sobrepasando el 400 antes de Jesucristo; ocurriendo lo mismo en el castro de Chamartín de la Sierra.
Por todo lo apuntado y a la vista de los nuevos datos obtenidos en nuevas excavaciones arqueológicas, podría situarse la introducción de los molinos circulares o giratorios en la cultura castreña hacia le siglo III antes de Jesucristo, perviviendo y generalizándose su uso ya en época romana. La flexibidad de esta fecha, tendrá que adaptarse en la maoría de ocasiones, a yacimientos concretos y su problemáticas.
Para finalizar, comentar que en lo que respecta a los molinos giratorios encontrados en el castro de Vigo, sabemos que ya en el siglo I antes de Jesucristo su uso está muy generalizado y se continúa utilizando hasta el abandono definitivo del poblado, esto es, hacia el siglo II después de Jesucristo.
En la fotografía, podemos observar la localización "in situ" de la parte inferior (o durmiente), de uno de estos molinos circulares en la campaña de 1984, formando parte de un empedrado bien documentado en esta zona.

COTOGRANDE: LA NECRÓPOLIS MEGALÍTICA OLVIDADA

En la actualidad, en el momento que estamos asistiendo a una revalorización de nuestro patrimonio cultural en diferentes medios, existen monumentos arqueológicos, que habiendo sido la sensación períodística del momento y un punto de referencia para los estudios posteriores sobre la materia, han pasado al más absoluto olvido por parte de las autoridades competentes en la materia, responsables de su conservación y defensa y también por el público en general, al no haber sido suficientemente divulgados, fruto de mencionada actitud que conllevó la no difusión de estos importantes restos de nuestro más remoto pasado y por ello, de nuestra común memoria colectiva. Hoy trataremos de uno de ellos. Se trata de la excepción necrópolis megalítica, ubicada en Cotogrande, en la parroquia viguesa de Cabral.
Comienzan las excavaciones arqueológicas en 1989 y finalizarán en 1992, en las que se excavarán tres túmulos megalíticos en el conjunto arqueológico de Cotogrande o Couto Lousado, en la parroquia de Cabral. La primera campaña de excavación del primer monumento megalítico se realizó bajo la direccción del que suscribe estas líneas y Juan Carlos Abad Gallego y dió como resultado un enterramiento muy peculiar y sin precedentes directos en el noroeste de la península ibérica: una cámara central de pequeño tamaño conformada por una losa granítica rectángular dispuesta con una gran pendiente. Este tipo de estructura nos estaba indicando un enterramiento individual, poco frecuente en esta cultura. Esta extraordinaria cámara la cubría un túmulo de tierra, de unos 20 metros de diámetro, que poseía dos anillos líticos superpuestos y una muy biben cuiada coraza de pequeñas placas pétreas. Se encontró abundante material arqueológico que hoy puede verse, en parte, en el museo municipal "Quiñones de León", formado por diversas láminas y microlitos de sílex, puntas de fecha fabricadas en diferentes tipos de material lítico, hachas pulidas, gran cantidad de cerámica lisa y decorada,que en ocasiones apareció casí enteras...
Las siguientes "mámoas" fueron excavadas baja la dirección de Juan Carlos Abad. Una de ellas es un monumento tumular que ronda los 20 metros de diámetro y que posee una altura superior a un metro. Se excavó la cámara y se documentó la coraza lítica que cubría su túmulo. Finalmente, en la última, que poseía una extraordinaria coraza lítica de unos 25 centímetros de diámetro y unos 2 metros de altura, se pudo detectar diversos momentos constructivos de la misma y utilización del monumento funerario.
Al lado de los materiales arqueológicos recogidos ya señalados, estas intervenciones, gracias a los análisis de Radiocarbono realizados en muestras recogidas en las diversas campañas, ofrecieron unas dataciones muy antiguas para este tipo de monumentos megalíticos, que marcaron un antes y un después a la hora de hablar de la cronología y la antigüedad de la cultura dólmetica en nuestra zona. Se pasaba de los 5.000 años a plantear unos 7.000. Todo ello y gracias a su difusión en diversas publicaciones y presentación en congresos internacionales, hizo que la necrópolis de Cotogrande, sirviera para ser una referencia necesaria a la hora de hablar de la cultura megalítca y por ello del neolítico en la noroeste peninsular.
Acabar señalando que estas campas arqueológicas se llevaron a cabo con caracter de urgencia, pues en la zona se iba a desarollar un ambicioso proyecto industrial. En la actualidad todo está como estaba y por desgracias, de los monumentos megalíticos excavados, sólo se puede reconocer algo del primero...y de los otros es hasta su localización entre la vegetación abundante de la zona....No llegó el cambio prometido de uso de los terrenos, en los que dichos monumentos serían musealizados y quedarían a la vista para el disfrute general y por contrario, llego el abandono, la desidia, ..y todo lo que conlleva esto: el olvido
Sólo nos queda, como en muchos otros casos, los recuerdos fotográficos, como los que hoy ofrezco aquí: en la primera imagen, en la parte alta, una vista del primer túmulo a la finalización de la excavación; en la intermedia, podemos apreciar la peculiar cámara funeraria del citado monumento; y por último, tenemos un detalle de la intervención realizada, en la que se ve perfectamente la coraza lítica que cubría la totalidad del túmulo megalítico.