sábado, 17 de julio de 2010

EL PRIMER MARKETING COMERCIAL EN EL CASTRO DE VIGO

En las diferentes campañas arqueológicas realizadas durante ocho años seguidos en el yacimiento del Castro de Vigo, se localizaron numerosas piezas correspondientes a vasijas de lujo, importadas de diferentes zonas geográficas del imperio romano.
La mayoría de las mismas fueron encontradas fragmentadas y en las que pertenecen al fondo de las mismas, presentan una marca o sello del alfarero que nos fecha perfectamente la pieza en cuestión.
Así lo tenemos en las denominadas "terra sigillata" ( de ahí su nombre ), que en nuestro poblado pudimos detectar que procedían de Italia, Galia y diferentes puntos de la península ibérica.
Lo curioso de estas marcas es que las mismas se hallan por la parte interna del recipiente y no por la externa, como es habitual hasta en la actualidad.
Este pequeño detalle nos habla sin querer de lo que podemos llamar un "marketing comercial" del vendedor del producto, pues la persona que compró y está usando el objeto en cuestión en todo momento tiene a la vista quien ha producido dicha pieza. Lo ve él y también las personas que tiene a lado.
Es fácil imaginar a una persona bebiendo y al vaciar el contenido, ver justo delante de sus ojos, el fabricante del objeto que está usando. Hoy día, como todos sabemos, no existe esa costumbre y para conocer la procedencia de una vasija, tenemos que darle la vuelta a la misma y ver en su fondo, pero por su parte externa, donde fue fabricada la pieza.
Está claro, que no sólo estas cerámicas nos facilitan el trabajo de datación de las piezas, pues nos dan el nombre del fabricante y por paralelismos, conocemos de forma inmediata en que época fabricó piezas, sino que fueron utilizadas como un reclamo comercial en el momento que fueron fabricadas y que el nombre del alfarero con toda su reputación, iba poco a poco siendo conocido en la comunidad que demandaba esas vasijas de lujo.
Así podemos ver en la fotografía que se rproduce con este breve comentario, como en el fondo de este fragmento de un pequeño vaso de "terra sigillata" gálica, vemos la marca o sello del alfarero que elaboró la pieza en cuestión. Se lee : OF. LUPIAN.. Lo que significa que fue realizada en el taller u oficina (OF) de Lupianus (LUPIAN..), conocido alfarero de la zona sur de la Galia ( actual Francia ) y del que conocemos numerosos objetos más, distribuídos a lo largo de todo el imperio romano y datable hacia el siglo I después de Jesucristo.

ECONOMÍA DOMÉSTICA EN TIEMPOS DE CRISIS EN EL CASTRO ROMANO DE VIGO

En cualquier tiempo histórico existieron crisis económicas más o menos fuertes. Estas crisis o desajustes económicos se pueden rastrear en las fuentes históricas o en los datos arqueológicos que nos proporcionan algunas piezas, si las manejamos con cautela y sabemos sacar conclusiones lógicas de las mismas.
Una pequeña reflexión sobre este tema la podemos tener al examinar el objeto arqueológico que hoy reproduccimos en este comentario y que se trata de una laña de plomo, localizada en una de las campañas excavaciones realizadas en la década de los 80 del siglo pasado en el castro de Vigo, en un nivel del siglo I después de Jescucristo. Como sabemos estos tipos de objetos, son grapas o piezas que pueden ser de hierro o plomo (como es este caso) y sirven para unir o sujetar dos cosas o fragmentos.
Normalmente estas lañas las encontramos en fragmentos cerámicos "in situ" esto es, en el lugar original en el que fueron colocadas y cumpliendo la función antes mencionadas.
Las vasijas que hemos localizado con estas útiles piezas metálicas corresponden a dos tipos bien diferenciados de vasijas cerámicas: o a pequeños objetos de importación o que podemos denominar cerámica de lujo o en grandes recipientes cerámicos de almacenamiento con una clara utilidad relacionada con la vida doméstica y cotidiana.
A nadie le de extrañar que cualquiera de esos dos tipos de piezas poseían un extraordinario valor dentro de los objetos que poseía cada familia: las más pequeñas e importadas por el elevado coste que poseían al ser fruto de una compra de un producto foráneo y por ello muy caro y las grandes, por las dimensiones que poseían, pues aunque pudiendo ser fabricadas y compradas en lugares más cercanos, y de esta forma de menor valor económico, las grandes medidas de poseían las hacían tener ese alto coste económico.
Por ello es lógico que cuando algunas de estas vasijas de cerámica se rompían, en vez de tirarlas y procurar otras ( como podemos ver en los basureros o "concheiros" de los castros", éstas eran reparadas con estas lañas y así continuaban cumpriendo su función. Pensamos que ese trabajo de lañar las piezas las tendría que hacer un artesano que conociera el oficio y tuviera el instrumental para ello.
Estas lañas dependiendo a las vasijas cerámicas a las que iban destinadas, poseían unas determinadas dimensiones y peso. Para las piezas pequeñas estas serían también pequeñas y para las piezas de mayor tamaño se utilizarían grandes lañas, como la que hoy mostramos, que sin duda debió de ser utilizada en la reparación de un "dolium" o recipiente similar, al haberse fracturado éste.
Para finalizar este pequeño comentario, sólo decir que en ocasiones sabiendo la función de los objetos ( en muchas ocasiones el que encuentra una pieza como ésta, no conoce su utilidad,...), estos objetos más o menos bien logrados o esteticamente más bonitos o no, nos ofrecen pequeños datos sobre la mentalidad de la gente que habitaban los poblados y nos hablan indirectamente de la pequeña economía que practicaban, en este caso, una economía doméstica, que en tiempos de crisis y en estos momentos que todo se tira y se compra por el mero hecho de comprar otras cosas nuevas, es bueno mirar hacia el pasado y tomar nota de estos pequeños detalles del Vigo de hace 2.000 años.

LAS CERÁMICAS INDÍGENAS DEL CASTRO DE VIGO


A la hora de hablar de la cerámica localizada en las excavaciones arqueológicas realizadas en el Castro de Vigo, nos encontramos con un gran problema: fueron muy pocas y correspondían, mayoritariamente, a un nivel de ocupación que se pudo detectar en contadas ocasiones.
Cronologicamente podemos fechar esta fase de funcionamiento entre finales del siglo II antes de Jesucristo a inicios del I después de Jesucristo. Si sabemos que el momento de mayor auge y esplendor de este yacimiento se va a producir a lo largo de todo el siglo I después de Jesucristo y principio del siguiente, es fácil deducir, que el nivel anterior formaba parte de la cimentaciones de las construcciones pertenecientes a ese nivel arqueológico y por lo cual, los materiales que fechaban el mismo, se encontraron muy fragmentados y en ocasiones imposibilitaba su completa identificación. Tenemos que dejar claro que las cerámicas comunes que se encuentran en ese fase de máximo funcionamiento del castro, ya corresponden a las llamadas "galaico-romanas", esto es, que son fruto de un mezcla de tradición indígena y copia de modelos romanos.
Centrándonos en la cerámica que nos ocupa hoy, podemos decir que la mayoría presenta tonalidades oscuras, está hecha a torno bajo o a mano y nos muestra una variada gama de tipos de decoración. Podemos decir que todos las técnicas ornamentísticas están presentes: líneas incisas, puntos impresos, rombos estampillados, cordones digitados, retícula bruñida,...
La cerámica que no presenta ningún motivo decorativo corresponde a lo que llamamos "cerámica de cocina" y la que posee diseños ornamentales, en ocasiones muy vistosos y llamativos, a la "cerámica de mesa".
Todas ellas en la textura de su pasta llevan desengrasantes para facilitar la cocción y estos son, pequeños trozos de granito o cuarzo. Su superficie normalmente se presenta alisada o pulida, ocultando con ello las imperfecciones que pudieran tener.
Hay que resaltar que todos los motivos decorativos que hemos podido analizar corrresponden a prototipos geométricos y tan sólo uno de ellos ( que reproducimos en la imagen superior ) podría estar representando una serie horizontal de aves palmípedas, forma ésta, muy habitual en la orfebrería castreña de esta época.
En cuanto a la tipología de estas cerámicas destacan las denominadas "fuentes con asas interiores", las "vasijas de oreja" y mayoritariamente, las ollas globulares de diferentes tipos. Las primeras hacen referencia, como su nombre indica a un tipo de recipiente que posee unas asas horizontales y opuestas en su parte interna, que servían para sujetar la fuente al ponerla al fuego. Al estar amarradas con cuerda o similar fabricada con material vegetal, al ir al punto de suspensión protegidas por la vasija, ésta no se quemaba y cumplía perfectamente su función. Las segundas corrresponden a un tipo de vasija globular, que posee en su borde un abultamiento hacia arriba ( o modo de oreja) y perforado, que era por donde colgaban el citado recipiente cerámico al fuego. Aquí, la sujección se hacía comunmente con algún tipo de cadena de hierro o bronce.
Todos estos modelos de cerámica están perfectamente identificados en numerosos castros gallegos y portugueses, pues eran muy comunes en la vida cotidiana de estas gentes, pues correspondían a vasijas de cocina y por lo cual cada familia, por lo menos, poseía una.
La cronología dada a estas piezas arqueológicas la sabemos en base a la datación de Carbono-14 (algunas de estas vasijas poseían restos carbonizados de cereales, conservados en su interior, en el momneto de ser localizadas); por fíbulas o monedas con unas fechas bien conicidas; por cerámicas de importación romanas que también están muy bien estudiadas y nos dan una datación segura para las mismas; etc..
Es indudable la impronta que dejaron en la tradición ceramica de Galicia este tipo de vasijas, pues algunos modelos los podemos rastrear en etapas medievales y hasta en algunos alfares artesanales, que aunque en poco número, se conservan en la actualidad en territorio gallego.